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Hoy se desarrollará una casa abierta sobre estas práctica en guayaquil

David encuentra un alivio en la medicina alternativa

Jorge Barahona, de 86 años, tiene artrosis y para aliviar los dolores recibe terapia con barro. Foto: William Orellana / El Telégrafo
Jorge Barahona, de 86 años, tiene artrosis y para aliviar los dolores recibe terapia con barro. Foto: William Orellana / El Telégrafo
19 de noviembre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

En las instalaciones de la Asociación de Jubilados, ubicada en Noguchi (Guayaquil), funciona un área de recreación, una peluquería y varios departamentos médicos. En este espacio se práctica la medicina alternativa que a diario atiende a 20 personas, quines son socios de la entidad.

Allí David, Juan, Nelly y Jorge reciben terapias físicas con barro para aliviar dolores musculares, masajes, y desintoxicación del cuerpo. Los adultos mayores, como ellos, suelen introducir sus pies en tinas con agua para sanar varias dolencias.

Cuando están descompensados se utilizan sueros homeopáticos y extractos de plantas medicinales. Todos los tratamientos son hechos con productos naturales.

Jacinto Calderón, terapista holístico, explica que la intervención también consiste en tratar la parte psicológica de las personas, a diferencia de la medicina convencional que aborda más lo físico. “Aquí lo que se hace es alternar ambas para obtener mejores resultados”, indica.

Lourdes Quito, tecnóloga naturopata, comenta que las frecuentes patologías en los adultos mayores son la hipertensión, problemas del hígado y la diabetes. “Siempre se aconseja al paciente alimentarse y respirar mejorar, y que aprenda a aceptar la enfermedad”.

David Carpio, de 54 años, considera que la medicina alternativa es la respuesta a sus males. Cuenta que cuando llegó al lugar estaba desanimado, no podía caminar con facilidad y siempre andaba con un bastón. “Ahora me siento un hombre activo, y saludable, hasta ya dejé el bastón”.

Según Quito, los tratamientos permite a los pacientes elevar el ánimo. “El señor Carpio se ha recuperado el 80% en los 4 meses de atención”.

Juan Fajardo, de 76 años, se sorprendió cuando empezó a recibir la terapia de desintoxicación. “Me asusté cuando vi que el agua estaba café”. Admite que se ha descuidado en la alimentación, “he comido muchas grasas, pero con esto, que me dijo la doctora, ya debo cuidarme”.

Quito explica que la planta de los pies es el segundo cuerpo. “De acuerdo a la lesión en esta parte se puede hallar otra lesión en el organismo”.

Otro de los servicios que reciben los jubilados es el quiromasajismo, explica Jacinto Calderón. “Lo que permite esta técnica es descomprimir las vértebras. Con el transcurso del tiempo las personas comienzan a sentir dolores en la espalda debido a que están comprimidas y que pueden originar dolor, inflamación y hasta enfermedades crónicas”.

Hace varios meses trató a una paciente de Galápagos que no podía caminar por una hernia discal. Luego del tratamiento en la primera sesión ya reincorporó su caminata.

Una exposición sobre los beneficios

Los servicios que se ofrecen en la asociación serán expuestos hoy a través de una casa abierta, que se realizará en Guayaquil.

Pedro Baquero, presidente de la Asociación de Jubilados Publio Falconí Pazmiño, manifiesta que 4.400 adultos mayores de diferentes provincias del país se benefician por ser socios. El 30% son mujeres.

Explica que cuando se inscriben en la asociación, con más de 50 años de vida institucional, a los socios se les descuenta cada mes $ 7 de la pensión del seguro del IESS.

Baquero reconoce que hay pocos geriátricos en el país por lo que este lugar de encuentro se convierte en una buena alternativa para los adultos mayores que por años trabajaron. Añade que una vez al año hacen un viaje a un paraje de Ecuador como parte del bienestar físico y emocional que proponen. (I)

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