El ballet Sumak Pakarina se destaca en Cuenca
Las danzas folclóricas son un recurso para atraer a las nuevas generaciones y mantener vivas las tradiciones milenarias de Ecuador.
Entre esos grupos está el ballet andino Sumak Pakarina, de la parroquia Tarqui de Cuenca, que el 28 de octubre celebrará 18 años de creación con un festival en el que participarán agrupaciones de Argentina, Bolivia y Perú. El evento se desarrollará en el estadio de la localidad, Marco Vélez.
Julio Lojano, director y coreógrafo de Sumak Pakarina, palabras quichuas que significan “Bello Amanecer”, señaló que mediante el arte, que es la danza, se representan y rescatan las costumbres y tradiciones de Ecuador.
“Queremos dejar un mensaje para las nuevas generaciones de mantener viva nuestra identidad cultural”.
La agrupación, que se creó en el 2000, cuenta con 35 integrantes de entre 7 y 40 años. Con coloridos y elaborados trajes, el grupo folclórico participa en diferentes presentaciones cada semana.
El director de Sumak Pakarina, quien tiene 18 años de experiencia en la danza folclórica, busca la recuperación de las costumbres, pero respetando los colores, el vestuario, la música y los pasos que practicaban los pueblos andinos. “Mi orgullo es lucir un vestuario de nuestros ancestros y transmitir, pese a toda la conquista, que nuestras costumbres siguen vivas”.
Investigación
Para representar las costumbres ancestrales y la cosmovisión de cada pueblo mediante el baile, se realiza una investigación in situ.
Así explicó Fernando Quinde, director y coreógrafo de la agrupación Ñawpa Rimaykuna de Cuenca, con 10 años de trayectoria. “Realizamos investigaciones de campo, visitando los pueblos y comunidades, presenciando las fiestas y entrevistando a la gente”.
Los pasos que los bailarines ponen en escena están determinados por los ritmos de cada lugar, por ejemplo, de los cañari, salasaca, saraguro, kayambi, entre otros pueblos. “Para determinar los pasos y la actuación de los danzantes, la investigación me ha permitido tomar como referente lo que hace la gente durante las fiestas populares”.
Entre las danzas en las que trabaja están: el chaspishka, música tradicional de los saraguros; el saltashpa, propio de los cañaris, y la chola cuencana, que se practica en varios ritmos como albazos o pasacalles.
Estas costumbres dancísticas se remontan a las civilizaciones preincaicas, cuando las culturas bailaban como parte de sus ceremonias.
La investigadora Ximena Pulla indicó que previamente a la colonización, la danza era la esencia de los rituales para las deidades naturales, entre ellos, la ceremonia del curiquingue o “ave de oro”. (I)