La copa menstrual, una alternativa ecológica
“Oye, ¿tienes una toalla que me prestes”? Esa es una de las frases que solemos escuchar las mujeres cuando una amiga nos pide ayuda, ya que está en “esos días” y la colaboración se torna imprescindible para que pueda salir del apuro.
Y es que en “esos días” las mujeres llegan a gastar hasta $ 10 por la compra de toallas sanitarias o tampones. Si multiplicamos ese número por cada 28 días, -tiempo del ciclo menstrual-, tendríamos un gasto estimado de $ 120 anuales.
“Si calculas cuánto cuesta una copa menstrual frente a las toallas verás que es un ahorro gigante”, dice Gabriela Gómez sobre la copa menstrual. Ella las usa hace tres años por la recomendación que escuchó en un chat de amigas.
Pero, ¿qué es una copa menstrual y por qué significa un gran ahorro?
La copa menstrual es un recipiente hecho de silicona 100% premium de grado médico, que se inserta en la vagina durante la menstruación para depositar el flujo menstrual.
Esta no absorbe la sangre sino que la recoge hasta que se extrae de la vagina y se desecha el líquido. Cuando es insertada, la copa se sella suavemente en las paredes vaginales, permitiendo la retención del flujo menstrual.
En el mercado se la puede encontrar desde $ 30 a $ 45 y puede llegar a durar hasta 10 años, dependiendo del cuidado que se le tenga.
Cuando no se la está usando debe ser guardada en una bolsita de algodón para que respire. Antes de ser usada debe ser esterilizada en agua hirviendo por unos 15 minutos. La higiene en las manos y uñas es importante porque evitará que ingresen bacterias.
Victoria Chiriboga, ecóloga y creadora del blog www.upcyclemind.com, explica que su motivación para usarla no fue el ahorro, sino la contribución que se hace al medio ambiente.
“La copa no genera ningún desperdicio y tu ciclo menstrual no le genera al medio ambiente un impacto”, dice.
En cambio, una toalla sanitaria o tampón tarda hasta 500 años en degradarse. (I)