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Hoy es el Día de la Lucha contra la ingesta de narcóticos

Control a consumo de drogas inicia en casa

Jóvenes en rehabilitación que laboran en el bar del Instituto de Neurociencias, como parte de un programa de resinserción laboral de la institución.
Jóvenes en rehabilitación que laboran en el bar del Instituto de Neurociencias, como parte de un programa de resinserción laboral de la institución.
Foto: William Orellana / EL TELÉGRAFO
26 de junio de 2017 - 00:00 - Redacción Sociedad

Antonio (nombre protegido) tenía 15 años cuando empezó a consumir marihuana, “tratando de olvidar” la enfermedad de su madre, sus necesidades económicas y la ausencia de un padre que no conoció.

Quince años después, tras la muerte de su mamá en noviembre de 2016, con ayuda de un tío materno llegó al Instituto de Neurociencias (INC) para dejar la adicción. Hoy lleva 7 meses “limpio”, aunque confiesa que a veces siente la tentación de “pegarse un pipazo”.

Pero se abstiene y piensa en sus metas: “seguir los últimos estudios para obtener el título de Ingeniero Comercial y conseguir un trabajo”. Así lo dice mientras labora en el bar del INC, como parte del programa de Reinserción Laboral de la Unidad de Conductas Adictivas del INC.

Su compañera, Jenny (nombre protegido), tenía 13 años cuando empezó a consumir drogas en Italia. Dice que su madre trabajaba hasta las 21:00 y para mantenerla ocupada la inscribió en un curso de fútbol. “Tuve una niñez muy difícil. No tenía trabajo y me dedicaba a robar y a prostituirme. Por encajar con mis amigos comencé a fumar heroína y a los 15 el crack”.

A los 17 se fue de la casa y, aunque intentó dejar las drogas, se le dificultaba porque su pareja y amigos también consumían. Llegó a mezclar ambas con otra que le suministraban en una clínica para controlar la abstinencia. Así estuvo por años hasta que en 2015 tuvo una sobredosis que la mantuvo 2 semanas en un hospital.

En diciembre de ese año vino a Ecuador con su madre y no consumió hasta que en enero de 2016 volvió a Italia, recayó y tuvo problemas con la ley. En febrero volvió a su país de origen para rehabilitarse, pero se fue a casa de unos amigos y continuó fumando heroína y crack hasta que las reemplazó. “Inhalaba ‘H’ y fumaba pipazos con coca”.

Así estuvo 3 meses hasta que se internó en la UCA. “Fue duro al comienzo, pero hoy siento que nací de nuevo”, señala la joven de 27 años.

El Informe Mundial sobre las Drogas 2016, de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), señala que 1 de cada 20 adultos (casi 250 millones) de 15 a 64 años, consumieron por lo menos una droga en 2014. Aunque el número de muertes por esa causa fue 207.400 (43,5 por millón de personas) y ha permanecido estable, “sigue siendo inaceptable y evitable”.

Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, las cifras invitan a reflexionar que la drogadicción y el narcotráfico son una grave amenaza para la integridad física, mental y moral de la sociedad.

La psiquiatra Paola Escobar, coordinadora de Investigación del INC, recomienda a los padres estar más atentos a la conducta de sus hijos: “al cambio brusco de su comportamiento, de su grupo de amigos, su rendimiento escolar, su intolerancia a recibir un consejo. Hay que realizar actividades familiares, dialogar, establecer normas y castigos”.

La psiquiatra María Luisa Meneses, líder de Salud Mental del Hospital de Especialidades Guayaquil Abel Gilbert Pontón, también es partidaria de integrar más a la familia, hacer deportes juntos y estar pendientes de sus necesidades. (I)

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