Se requiere conocimiento para cambiar de alimentación
Las personas vegetarianas no ingieren cárnicos, pero sí suelen comer huevos y lácteos.
Los veganos no ingieren ningún tipo de alimento que contenga residuo animal. Además que llevan presente en todo momento su ética antiexplotación animal en cualquier ámbito. Es así que tampoco usan, por ejemplo, pieles. Además, son muy activistas en estos temas.
Los crudiveganos comen alimentos crudos sin residuo animal. Igualmente sus ideales van acompañados de un fuerte activismo en contra de todo tipo de explotación, sea animal, a humanos o a la naturaleza.
Según Mayra Salvador, especialista en nutrición vegana, para cambiarse a este tipo de alimentación, se requiere estar informado, la gente tiene que saber que dejar de comer ciertas proteínas va a desbalancear su nutrición. De ahí que es importante que aprenda cómo nutrirse.
Salvador aconseja ser consciente de todo lo que va a ingresar al organismo, se debe verificar de dónde vienen los productos y qué aporta cada uno.
El principal miedo es carecer de la vitamina B12. Las vitaminas B son importantes para el sistema nervioso, son beneficiosas para el sistema digestivo y están dentro de la composición de los músculos. Según Salvador es más saludable ingerir esto en cápsulas para verificar que se va a tomar lo que el cuerpo necesita.
Asimismo recomienda tomar en tabletas vitaminas y minerales, porque quienes tienen estos tipos de alimentación no comen las cantidades necesarias para tener las vitaminas y minerales que se necesitan.
Por otro lado, el cuerpo siempre requiere proteínas porque le da energía, calorías y alimenta los músculos. Pero la proteína animal sí es reemplazable. Esta se la puede encontrar en garbanzos, lentejas, fréjol rojo y la arveja. La diferencia está en que se debe comer estos productos en grandes cantidades acompañados de muchos vegetales.
Salvador explica que es una buena práctica no cocinar todos los alimentos, pues así no se pierden los nutrientes de los productos. Pero asimismo se debe saber cómo hacerlo. Por ejemplo, las leguminosas se las puede cocinar a 45 grados, pero el menor tiempo posible.
Y si lo que se quiere es no cocinar, se puede comer el germinado de los productos. Por ejemplo, al hacer germinar los granos se puede ingerir los brotes crudos, sus nutrientes son mayores.
El cambio lo puede hacer de un día para el otro o hacerlo poco a poco, pero siempre con una guía de alimentación.
Para quienes buscan cambiar su forma de comer por una sin residuo animal, la especialista recomienda empezar buscando los alimentos lo menos procesados posible, que sean lo más natural. Este consejo se aplica incluso para aquellos que quieren comer lácteos, huevos o carne, la idea es que el animal no sea explotado y no sufra.
“Recuerde que todo extremo es malo”, comenta Salvador. (I)