La cóndor Ami sufrió 10 días tras comer carroña envenenada
Ami, la cóndor de ocho años, convaleció durante 10 días por los efectos del veneno. Así lo confirma Fabricio Narváez, biólogo de la Fundación Cóndor Andino.
“Llegó a su punto final mientras volaba, por causa de la sustancia sufrió una parálisis y cayó”.
La denuncia por la muerte de Ami fue presentada en la Fiscalía de Salcedo, Cotopaxi, el 14 de diciembre, tanto por autoridades del Ministerio del Ambiente como por la mencionada Fundación.
La entidad de justicia se encargará de investigar los sucesos y presuntos responsables de la muerte del ave, en un plazo de 90 días.
Sin embargo, los científicos y biólogos del organismo ambiental sostienen dos hipótesis sobre su muerte: la ingesta de carroña envenenada con agrotóxicos o que consumió restos de perros ferales con el químico.
Según los resultados divulgados por la Unidad de Medicina Forense Veterinaria de la Corporación Universitaria Remington en Medellín, Colombia, Ami dejó de existir tras alimentarse de carroña contaminada.
Las sustancias orgánico-tóxicas son de fácil consecución comercial - dice el informe -y se utilizan para el control de insectos en cultivos y ambientes domésticos.
El veneno en el medio ambiente
El lugar donde murió Ami, en la provincia de Cotopaxi, es una zona ganadera y agrícola. Los investigadores de la Fundación Cóndor Andino señalan que el 70% de los sectores donde habitan los ejemplares son privados.
Narváez identifica varios antecedentes sobre este problema: el primero es el abandono y maltrato hacia perros, por parte de sus dueños, lo que provoca que los canes huyan hacia zonas silvestres y se conviertan en animales ferales (perros salvajes).
Las jaurías atacan al ganado - advierte el biólogo- y sus dueños, para evitar pérdidas, colocan carroñas envenenadas con agrotóxicos o plaguicidas para deshacerse de este tipo de fauna.
El envenenamiento consiste en rociar los alimentos de consumo humano, con el fin de combatir insectos o plagas, pero muchos de ellos son la comida de animales silvestres.
En lo que va 2018, este es el primer caso de un cóndor envenenado, pero el temor de los ambientalistas y funcionarios del Estado es que existan más especies que hayan ingerido dicha carroña.
Diego Avendaño, director provincial del Ministerio del Ambiente de Cotopaxi, anunció que la institución trabaja en tres ejes: uno de ellos es el barrido de la zona donde Ami se intoxicó.
Hasta el momento no se ha encontrado la carroña contaminada.
El segundo eje es la acción preventiva en el área de influencia donde vuela la citada especie.
Y el último eje es la sensibilización desde las instituciones educativas.
Hernán Vargas, de The Peregrine Fund, señala que las amenazas que enfrenta la especie en Sudamérica son preocupantes, pues en lo que va del año, en toda la región, de una u otra manera se han perdido 120 aves. “Hay decenas de cóndores que son cazados y también de a poco su hábitat se pierde”. (I)