Publicidad

Ecuador, 07 de Enero de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Colegios mixtos disputan espacio con tradiciones

Colegios mixtos disputan espacio con tradiciones
25 de septiembre de 2011 - 00:00

Carla Tumbaco nació en 1952 y realizó su educación secundaria en el Rita Lecumberry. Para la década de 1960 y parte de la del 70, la coeducación era una alternativa con poco arraigo. Tumbaco recuerda que para aquella época la mayoría de planteles, fiscales y particulares, eran diferenciales, es decir solo de varones o de mujeres. “Los padres no toleraban que sus hijas se mezclaran con los varones”, manifiesta, enfática.

Pese al valor inculcado de que “una señorita no debe andar en roces con los hombres”, la segunda mayor de los hermanos Tumbaco Ascencio tuvo 3 hijas a quienes colocó en el Ismael Pérez Pazmiño. “Mientras más rápido se desengañen de cómo son los hombres, es mejor”... la radical filosofía fue imitada incluso por su hermano menor, Mario. “Claro que él cree que quienes deben desengañarse son sus cuatro hijos”, acota Carla,  burlona.

Contrario a lo que ocurría en la época juvenil de doña Carla, actualmente, de los 21.408 centros educativos fiscales, fiscomisionales, municipales y particulares en Ecuador, 20.752 ya son mixtos (96,9%). Esto significa que en todo el país quedan únicamente 656 planteles que no lo son (3,1%).

La coeducación en los establecimientos fiscales fue una medida exigida por el presidente de la República, Rafael Correa, durante el enlace sabatino del 10 de septiembre, a la ministra de Educación, Gloria Vidal. Como resultado de la disposición, la Subsecretaría de Educación del Distrito de Guayaquil anunció esta semana que 16 colegios emblemáticos serán intervenidos y que gradualmente pasarán al régimen mixto.

Para 2012, se ofertarán matrículas para el octavo año de básica mixto en colegios como el Vicente Rocafuerte y el Guayaquil, como primer paso para la conversión a la coeducación. La Ley Orgánica de Educación Intercultural promueve, entre los principios (artículo 2), la igualdad de género.

Conversión de planteles

A inicios de abril de 2011, varios estudiantes del colegio Montúfar, en Quito, protagonizaron desmanes porque, según varios docentes consultados, se corrió el rumor de que el plantel empezará a matricular mujeres y que, además, se cambiaría el nombre. Entre los argumentos de protesta, los estudiantes aseguraron que el establecimiento perdería su prestigio si entraran señoritas. Estos pensamientos se replicaron en una página de Facebook.

“No es discriminación y menos machismo, para nada, ¡el Montúfar es y será un colegio de hombres! ¡De caballeros y de señores! Y al igual que todas las tradiciones quiteñas que hasta hoy en día se mantienen, se deben mantener iguales los colegios tradicionales, que son los que hacen de Quito y del país lo que es, y lo que será”, fue  uno de los comentarios publicados. El proceso para que todos los planteles sean de régimen mixto es una gestión que el Ministerio de Educación (ME) planea culminar en 2013, según un comunicado en su página web.

La subsecretaria de Apoyo y Seguimiento a la Gestión Educativa, Beatriz Caicedo, explica que la tradición es el principal motivo para que ciertos establecimientos educativos argumenten que desean mantener los regímenes masculinos y femeninos. “Pero el Ministerio emprenderá un programa de motivación con autoridades y estudiantes para concienciarlos sobre la importancia de la implementación de la educación mixta”, asegura Caicedo.

Para Freddy Casquete, docente de la Unidad Educativa San Agustín (UESA), la implementación de la coeducación es una disposición que tiene que ser socializada y no impuesta en los planteles.

Casquete ha formado parte de casi la mitad de la historia de la UESA, y conoció la época en que esta solo recibía a varones, modalidad que fue cambiada a mixta a fines de la década de 1990. “No fue una conversión sencilla”, comenta el docente, “hubo que analizar ventajas y desventajas, y, una vez aceptado el cambio, hubo que redoblar la atención y orientación de los estudiantes”.

La inclusión de señoritas en, por ejemplo, un plantel que por casi 3 décadas formó solo a varones “es algo que despierta inquietud y curiosidad en los jóvenes y puede causar problemas”. Sin embargo, “es una tendencia que trae muchas ventajas académicas”. Entre estas, que la integración de los estudiantes permite “una sana competencia” entre ambos sexos “porque siempre habrá el requerimiento de hacer destacar a un grupo”. Y para evitar que se malinterprete esa rivalidad, Casquete hace énfasis en la orientación.

César Burgos, ex director de Educación de Guayas, sostiene que existen mayores problemas de disciplina en los colegios de educación diferenciada, y ello incide en el nivel académico de las instituciones. “En los planteles donde existen más de dos mil estudiantes es más difícil mantener el control sobre conductas”, afirma.

Burgos sugiere que la implantación de la coeducación en colegios de alta población estudiantil debe estar acompañada de una reestructuración administrativa; “de lo contrario podría resultar contraproducente”.

Competencias y valores

César Miranda, asesor de ventas para una empresa importadora de vehículos, realizó su secundaria en el colegio Domingo Comín y actualmente es padre de una niña de 4 años de edad.

Se autodefinió como “chapado a la antigua” y está convencido de que la promiscuidad está  “cada vez más a la alza”.
“Como varón conozco de primera mano lo que suele pensar la mayoría de los hombres a esa edad”, afirma Miranda. Por esta razón, la  mejor opción para su hija, en el futuro, será un colegio de señoritas.

Para Fernando Chapestro, director de Formación del colegio Torremar, las afirmaciones sobre las ventajas académicas de los establecimientos mixtos son cuestionables. El mencionado plantel, donde se educan aproximadamente mil varones, obtuvo en 2009 un reconocimiento del ME por haber obtenido la calificación más alta en la categoría de unidades educativas del régimen Costa, en las pruebas SER de 2008.

Con un puntaje  de 654,9, Torremar superó a planteles como Alemán Humboldt (634,64), Steiner (610,46), Delta (609,82) y Logos (606,67), de los cuales solo Delta es también de educación diferencial. “Toca analizar el asunto de la convivencia entre varones y mujeres partiendo del hecho de que tienen marcadas diferencias afectivas y académicas”, dice Chapestro.

A la edad de 14 años, una mujer es más independiente que el varón mientras que éste, a la misma edad, “apenas está entrando en la llamada edad del burro”.

Por esta razón, considera el docente, dentro del régimen mixto hay mayores ventajas para una mujer que para un varón. “Solo basta ver los cuadros de abanderados de estos planteles donde, con seguridad, hay poca representatividad masculina”.

Chapestro puntualiza que la educación diferencial también evolucionó y estableció distancias con sus orígenes.  “Anteriormente, los colegios de señoritas fueron concebidos con el concepto de que la mujer no podía hacer labores de hombres mientras que ahora hay más competitividad”.

Para que la fórmula de la educación diferencial funcione en planteles como el Vicente Rocafuerte y el 28 de Mayo, “haría falta revisar la metodología de inculcar valores”, sugiere Chapestro.

El sociólogo Rúbén Aroca considera, sin embargo, que este tipo de enseñanza tiene una tendencia a desaparecer frente a los nuevos requerimientos pedagógicos. “Ahora se busca universalizar la educación a través de la inclusión, dejar de lado  las diferencias y brindar igualdad de oportunidades para todos”, manifiesta Aroca.

Establecer las diferencias entre hombre y mujer puede resultar un arma de doble filo, según el sociólogo. “Las actuales técnicas buscan promover la democracia, la tolerancia y la comprensión con el solo hecho de compartir un proceso de aprendizaje”.

Un punto en el que coinciden los defensores de la enseñanza mixta con los de la diferencial es que no se puede estigmatizar y señalar las diferencias entre los hombres y las mujeres.

Tampoco es menos cierto, según los docentes de ambos tipos de colegios, que las relaciones sentimentales entre ambos sexos son una situación inevitable y que la formación de valores para afrontar este y otros eventos debe empezar por los hogares.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Social media