En suiza, holanda y bélgica se permite que los médicos ‘ayuden’ a terminar con la vida de un paciente desahuciado
Brittany reabre discusión sobre la eutanasia
No pronunciaba palabra, apenas se hacía entender, por su extrema delgadez su cuerpo parecía desvanecerse, por lo que prácticamente permanecía con los ojos cerrados. María Elena estaba viva, pero muy ausente, lejos de ser la mujer activa que iba de un lugar a otro ayudando a hijos y nietos.
El coma diabético la condenó a tener una vida totalmente dependiente. Sus hijas se turnaban para atenderla y la vieron consumirse cada día durante los 3 meses que duró su padecimiento.
Debían hacer de todo, desde alimentarla en la boca con pequeñas partes de alimentos básicamente líquidos hasta llevarla al baño y limpiar las escaras (desprendimiento de piel), producto de permanecer casi todo el tiempo acostada.
“Fueron momentos devastadores, sobre todo cuando aparecían las escaras, que por más cuidado que teníamos no cicatrizaban y poco a poco se veía salir hasta gusanos. Por eso solo pedíamos a Dios que la lleve pronto, porque realmente se le veía sufrir mucho”, recuerda Livia, quien asistió a su madre en los últimos momentos de vida.
Ese dolor generado en quienes padecen enfermedades terminales y sobre todo en los familiares es lo que la estadounidense Brittany Maynard quiere evitar. Brittany tiene 29 años y fue diagnosticada con glioblastoma multiforme, la forma más agresiva de cáncer en el cerebro, por lo que le dieron 6 meses de vida y le auguraron un padecimiento extremo. Ella decidió radicarse en Portland, estado vecino de Oregón, donde es permitida la muerte digna. Ahí un médico le recetó las pastillas con las que esperaba terminar su dolor el 1 de noviembre. Ayer anunció que pospuso la fecha, porque aún se siente con alegría. “Pero llegará, porque la enfermedad avanza”.
El caso de Brittany y sus deseos de tener una muerte ‘digna’ o ‘consentida’ reabre el debate sobre la eutanasia. En EE.UU. solo 5 estados la permiten, y en el mundo 3 países: Suiza, Holanda y Bélgica. En Ecuador es prohibida.
En una encuesta realizada en redes sociales, el 60% de los ecuatorianos está a favor del procedimiento y serían capaces de firmar un documento emitiendo su autorización para que la realicen, en caso de tener una enfermedad degenerativa. Ese mismo porcentaje reconoce no saber qué hacer si es un familiar al que le ocurre esta situación. El restante 30% no define su posición y solo el 10% se muestra en contra. “Creo que todo depende de los principios”, comenta Antonio, un encuestado.
Para Franklin Villegas, jefe médico de cuidados intensivos del Hospital Metropolitano de Quito, la eutanasia debe debatirse a profundidad. “Podrían existir momentos y reglamentos que nos permitan a los médicos tomar la decisión de ayudar a bien morir a los pacientes, pero tiene que ser normado con leyes y criterios muy claros”, afirma.
Para Villegas, la limitación del esfuerzo terapéutico o LET en pacientes desahuciados merece mayor atención en el país. Esta práctica se define como una instancia médica que lleva al galeno a no realizar procedimientos que saben que no mejorarán la condición del enfermo.