Autoridades controlarán el uso de palma de cera
El bambú, las hojas de maíz, fibra de palma africana, entre otras, son las plantas alternativas (en lugar de la tradicional palma de cera) que los feligreses pueden utilizar en la celebración litúrgica de este Domingo de Ramos.
Desde hace ocho años, el Ministerio del Ambiente (MAE) emprende la campaña ‘Tradición y conservación van de la mano’ para incentivar el uso de productos alternativos en estas fechas.
En Quito, por ejemplo, se desarrolla la feria ambiental Eco Ramos, donde 20 artesanos exponen productos naturales y reciclados que pueden emplearse en la celebración religiosa del domingo.
La exposición está abierta hasta hoy en la entrada del MAE, al norte de la capital.
“Esta es una oportunidad valiosa para presentar nuestro trabajo hecho con mucho respeto a la naturaleza y por ello, la base de nuestros emprendimientos son los elementos reciclados como hojas de choclo, fibra de palma africana, entre otros”, cuenta Adriana Vaca, empresaria ambiental.
Tarsicio Granizo, ministro de Ambiente, señaló que en el país existen siete especies de palma y que su extracción implica una grave afectación al ecosistema. La razón: este tipo de flora provee de alimento y refugio a aves, como el loro orejiamarillo y el perico cachetidorado.
Las poblaciones de estos animales se ven amenazadas por la tala indiscriminada de los bosques.
En la actualidad, la palma de cera consta en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Está catalogada como una especie vulnerable.
Los especialistas señalan que la planta es de lento crecimiento (necesita entre 30 y 40 años para llegar a su estado adulto). Además, su florecimiento se de forma silvestre en los bosques nublados y en los extremos orientales y occidentales.
Cuando la palma llega a la edad adulta el tronco no muere, sino que permanece firme a modo de un tubo de chimenea que algunas especies de loros la utilizan como morada para anidar por largos períodos.
Tardan entre 20 y 30 días para seleccionar un nido y luego se alimentan de los frutos que produce la palma.
Por eso el ornitólogo Juan Manuel Carrión afirma que, al no brotar frutos, se reducen las posibilidades de que estas aves encuentren espacio y alimento para anidar.
Según estudios desarrollados en el país, el loro orejiamarillo desapareció, ya que no hay registros desde 2000.
Para preservar el hábitat del loro de orcés y del cachetidorado, la fundación Jocotoco -especialista en protección silvestre- trabaja en las reservas Tachipala (en Morona Santiago) y la de Buenaventura (El Oro).
En ambos territorios se logró que tanto las poblaciones de palma como la de las dos aves aumenten, incluso han registrado altas tasas de supervivencia de los polluelos encontrados.
Operativos en marcha
A lo largo de la semana y a escala nacional, las direcciones provinciales del MAE junto con la Subdirección de Protección del Medio Ambiente de la Policía Nacional efectuarán operativos de control en el objetivo de evitar la venta ilegal de artesanías hechas con la palma de cera.
Dentro de las actividades de la campaña, el ministerio del ramo brinda charlas de educación ambiental en escuelas y colegios de provincias como Azuay o Cotopaxi.
A eso se suman las capacitaciones a los pobladores de las parroquias rurales para que conozcan la importancia de la palma de cera y no la utilicen para la elaboración de ramos.
Colombia tiene el mayor bosque de palma de cera
En el valle del río Tochecito se encuentra el que es quizá el mayor santuario de palma de cera en el mundo.
Se trata del bosque ubicado en el valle del río Tochecito, entre el departamento del Tolima y el Quindío.
La salida de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -hacia las zonas veredales- dejó al descubierto uno de los tesoros naturales más importantes y significativos para la biodiversidad en Colombia.
En esa localidad se calcula que hay cerca de 600.000 palmas de cera, que constituye el 90% del total existente en ese país.
La palma de cera del Quindío es símbolo y orgullo de la cultura colombiana. Por eso en 1985 fue declarada árbol nacional de ese país.
Según sus habitantes, es necesario declarar a Tochecito cuanto antes como santuario natural y área protegida, ya que se encuentra ubicado cerca de territorios ampliamente codiciados para la explotación minera.
A tan solo 5 kilómetros del bosque de palmas de Tochecito está la mina La Colosa; considerada como una de las mayores reservas de oro de América Latina.
La propuesta de santuario incluye incorporar un centro de investigación de la palma de cera, para que la ciencia estudie cada detalle del árbol y sus beneficios. (I)