Alicia lleva 55 años coleccionando monedas, arqueología y demás
Alicia Murillo Acosta es maestra artesanal en repostería, pero tiene un hobby que la diferencia de sus colegas: el de coleccionar figuras arqueológicas, piedras, monedas y una serie de piezas de los siglos XIX y XX.
Todo empezó cuando tenía 12 años y fue por iniciativa propia. Su primera colección fue de monedas y hoy en día posee de más de 30 países.
Murillo habita en el cantón Samborondón (Guayas), donde tiene su local de Pastelería y Panadería “D’Tía Alicia”, ubicado frente al malecón de dicha ciudad.
Allí, en el interior de su negocio, cuyo ingreso a la cocina es estrecho, instaló su pasatiempo en las paredes y estantes del local.
“Cuando comencé con este pasatiempo nadie me impulsó a hacerlo, simplemente me nació y me gustó. Y lo primero que coleccioné fueron monedas y tengo todo lo que es monedas de plata del país”, indicó Murillo.
Desde entonces cuenta también con pesetas españolas, monedas de Cuba y de otras naciones. Tiempo después se interesó por la arqueología y figuras del convivir montuvio de antaño para agrandar su minimuseo.
Alicia contó que todo inició cuando descubrieron por el sector de La Victoria (Salitre) y en Cerecita (Santa Elena) unas tolas (tumba o montículo funerario levantado por diversas comunidades precolombinas), en que unos amigos le regalaron varias piezas arqueológicas.
Esta colección de figuras la comenzó hace 25 años. Hoy en día tiene piezas originales de culturas incaicas ecuatorianas, como la Valdivia, Chorrera y otras.
También tiene figuras compradas o regaladas. Junto con ellas posee artesanías de los países latinoamericanos que visita, como República Dominicana, Cuba, Puerto Rico y otros. “A donde voy siempre traigo cosas de recuerdo para mi colección”.
Además de arqueologías, Murillo posee artefactos de antaño, como planchas antiguas, escopetas, espadas, lámparas, una paila de bronce, que era de su mamá, y que tiene más de 40 años.
En una parte de su negocio se observa una diversidad de piedras y conchas de varios lugares. Foto: William Orellana/et
También tiene una canoa pequeña, como recuerdo de la actividad que realizaba su padre, quien era comerciante de arroz y otros productos.
Además, la emprendedora colecciona una diversidad de piedras que las trae de las playas que visita tanto dentro como fuera del país.
Al local de doña Alicia llegan turistas nacionales y extranjeros no solo a comprar sus panes y pasteles, sino que a observar su minimuseo. “Toda persona que viene le gusta entrar y me felicita por mi hobby”.
A sus 67 años, Murillo posee más de 200 figuras en su minimuseo y afirma que esta actividad seguirá. Uno de sus anhelos es tener un local más amplio para exponer al público su colección, para ello espera el apoyo de alguna entidad pública o privada.
La actividad de doña Alicia también la replica una hermana, con la diferencia de que ella colecciona nacimientos navideños.
El Municipio de Samborondón ve positiva la iniciativa
Para la concejal de Samborondón, Narcisa Ramírez, la iniciativa de doña Alicia es importante y positiva, ya que fomenta el turismo cultural en la ciudad guayasense.
La funcionaria comentó que cada día trata de que las personas del cantón y sus alrededores, sobre todo los niños y estudiantes, visiten el minimuseo de Murillo.
“Hay mucha gente que no tiene conocimiento de que existe este tipo de sitios, por eso digo que cuando tengan la oportunidad de venir al cantón, se den una vuelta por el local de ‘D’Tía Alicia’ para conocer su colección arqueológica, de piedras y demás cosas de antaño”, manifestó Ramírez.
La concejal añadió que conversará con el alcalde José Yúnez para tratar de ayudar a la emprendedora con un local amplio y cómodo para que el visitante conozca más sobre la historia de antaño del país y de Latinoamérica y apreciar sus otras colecciones.
Mientras tanto, Alicia continúa al frente de su negocio, creando cada día nuevos modelos de panes y pasteles en su querido Samborondón y dando a conocer a las personas su hobby que ya lleva 55 años en la historia del cantón. (I)
Planchas de antaño y raspahielos para los granizados expone Murillo en su local. Foto: William Orellana/et