30 trabajos exponen el intercambio entre la docencia y el arte
El video de Alfredo Breeihl condensa, en tres minutos, dos ataques policiales ejecutados contra dos estudiantes del mismo colegio, que pertenecen a diferentes generaciones. Es uno de los 30 proyectos que forman parte de la muestra “Link: arte, investigación y docencia”.
El video registra el disparo que recibió Patricio Herman, estudiante del colegio Mejía, en 1980. El soporte muestra el momento en que un uniformado lo ataca. Después aparece retratado el impacto que sufrió Edison Cosío, con el mismo uniforme del primer fallecido, a través de una bomba lacrimógena que fue lanzada por un “agente del orden”.
“La memoria es el recuerdo desde el presente. La repetición es el reencuentro con el tiempo pasado en el mismo espacio”, explicó Breeihl.
Granos germinados de maíz, monedas de un centavo en un frasco, cáscaras de cebolla, copas de vino colgadas de un hilo de nylon... son los elementos que utilizó un grupo de docentes ecuatorianos y chilenos en la exposición.
Ciertas piezas se enfocaron en despertar los sentidos con propuestas interactivas, como “Deshojando paiteñas”, de Luis Crespo, profesor de Escultura de la Universidad Católica de Quito. En las instalaciones del Centro de Arte Contemporáneo, Crespo se puso a cortar y deshojar cebollas, frente al público que estuvo en la inauguración.
Roberto Zapata, uno de los asistentes, que mantenía su nariz tapada por el fuerte olor, miraba atento como Crespo enlazaba hábilmente cada una de las capas de cebolla para formar un chaleco y un pantalón. “Es interesante cómo ha evolucionado el arte. Antes uno solo miraba esculturas y pinturas, pero ahora el público forma parte del proceso”, opinó Zapata.
La muestra recoge un intercambio realizado por docentes chilenos y ecuatorianos, de la Universidad Católica, que durante un año han combinado su trabajo como investigadores y artistas.
Verónica Baraza, docente chilena, utilizó tres cuadros para conjugar su concepción de la naturaleza, la palabra escrita y la creación humana, representada en una cuadra.“Lo que quise evidenciar fue que el ser humano se sincroniza con la naturaleza, pero con el tiempo el hombre ha perdido progresivamente el encantamiento con el entorno”, indicó.
“La histeria, el archivo y la imagen” fue la obra que captó la atención de Adriana Urresta, estudiante de segundo nivel de Artes Visuales. “Es un collage que parece un ojo, pero visto de cerca son diminutos seres humanos desperdigados, como que salieran despedidos al universo”, comentó.
Para Cinthia Guerra, estudiante de Artes que participó en la elaboración de estas obras, el intercambio de las creaciones nacionales y extranjeras le ha servido para indagar en cuestiones de memoria. Hubo un intercambio cultural donde pudo ver que el arte no es una obra acabada, sino que hay que seguir investigando siempre.