La mayoría de canes realizaron detección de drogas
16 agentes de 'narices frías' empezaron su servicio pasivo
“Vive seguro de tu heredad, de tu casa, de tu rancho lejano de la montaña, porque han de matarme primero antes de permitir que nadie coja lo tuyo...”.
Fue la oración del perro exclamada a todo pulmón por los gendarmes del Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) al despedir a 16 canes que se retiraron formalmente de sus labores.
Este acto fue parte de la ceremonia de despedida, luego de que los agentes de ‘narices frías’ (como son llamados por los veterinarios) cumplieran su servicio a la ciudadanía.
Se trató de un evento simbólico, en el que los canes que pasaron al servicio pasivo desfilaron en los patios del centro de adiestramiento, portando orgullosos el chaleco fosforescente con sus insignias.
Cada guía llevó a su ‘amigo peludo’ hasta formar cuatro filas de cuatro columnas. Antes de retirar las insignias, los policías se arrodillaron; algunos abrazaron a su compañero y les retiraron los chalecos que quedaron impregnados del pelaje del animal.
De acuerdo con el Reglamento de Tenencia Responsable de Canes Policías, este proceso se aplica luego de que los perros cumplen un promedio de ocho años de servicio.
Luego se realizan análisis para determinar si ellos cuentan con las condiciones para ser mascotas y entrar al proceso de adopción.
Los guías que trabajan con los canes informan si están en la posibilidad de adoptarlos. De lo contrario, se invita a la ciudadanía para recibirlos en sus casas.
Este año, de los 16 canes que se acogieron al retiro, 10 fueron recibidos por sus compañeros policías; el resto por familias civiles.
Los miembros de cuatro patas se desempeñaron en diferentes unidades, seis pertenecían a detección de drogas, tres a relaciones públicas, cuatro a guardia y defensa, dos en la localización de restos humanos y uno a canoterapia.
A través del altoparlante se conocieron las labores que cumplieron los ejemplares. Uno de ellos fue ‘Wanko’, can detector de drogas que fue acogido por el policía Boris Almeida. El perro cumplió con controles en los aeropuertos de Quito y Guayaquil.
Otro de los agentes es la perrita ‘Kira’, que también se dedicó a la detección de alcaloide. Durante su vida profesional participó en operativos en los que se incautaron alrededor de seis toneladas de sustancias psicotrópicas. La mascota fue adoptada por el cabo de Policía Jimi Rodolfo Narváez.
Como acto final, los perros desfilaron por una alfombra roja. De ahí, los nuevos dueños (tanto policías como civiles) recibieron emocionados a su nuevo amigo.
Antes de llevarlos a sus casas, cada propietario recibió el acta de compromiso en el cual ratifica que el exagente recibirá tratos adecuados y una actualización de sus vacunas oportunamente.
Uno de los dueños civiles fue Roberto Cobo, morador del sector Guayllabamba (parroquia El Quinche). El hombre adoptó a ‘Bella’, una labrador de ocho años que se dedicó a la detección de drogas. “En mi casa tenemos una finca y la acogemos con cariño, en un espacio libre para que pueda correr”.
Yael Villacreces también recibió a ‘Tyron' en su casa, en La Pampa. La joven dijo que se enteró sobre la adopción a través de las redes sociales. Después de una semana de presentarse a la convocatoria, les informaron que fueron favorecidos.
‘Tyron’ llegará a ese hogar para acompañar a ‘Copito’, un bichón boloñés, que ya es parte de la familia. Para eso, Yael y sus seres queridos realizarán un proceso de integración que dura alrededor de 15 días.
Los policías también acogieron dichosos a los nuevos integrantes de sus familias. El cabo Edwin Criollo, guía que labora hace 11 años en el CRAC, adoptó a ‘Rocky’, un pastor alemán por el que siente gran cariño.
Edwin trabajó con ‘Rocky’ en la Unidad de Relaciones Públicas, durante ocho años en los que vivieron animaciones.
Edwin contó que los cuidados para su perro serán los mismos a los que está acostumbrado su compañero (paseos diarios, cepillados, controles veterinarios permanentes y alimentación balanceada). “Va a pasar en mi hogar porque yo le hice una promesa que cuando él se retire vivirá con mi familia”. (I)