En marzo de 2013 hubo un tsunami en Santa Cruz y los habitantes fueron evacuados, recuerda Jaime Ortiz, estudiante del Centro Educativo Naciones Unidas (CENU). Está en su memoria porque ese día colaboró. Tuvo que cargar a una persona hasta un lugar alto y ser guía para los demás.

Angie De Mera, del colegio San Benito Lasalle, también vivió una situación donde ayudó. “Una compañera del curso se desmayó y le alcé las piernas para que se reanimara”.

Ambos estudiantes participaron en la casa abierta organizada en el Centro Cívico de Guayaquil, por la Secretaría de Gestión de Riesgos, para recordar el Día Internacional del Voluntariado y en la que más de 100 alumnos de 15 colegios aprendieron primeros auxilios, reanimación y qué hacer frente a una situación de desastre.

Según la ministra de la Secretaría de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo,  la institución tiene más de 1.500 voluntarios distribuidos en diferentes partes del país. “El voluntariado implica que uno done su tiempo para una actividad determinada, que no solo atienda gente pobre o que tenga una enfermedad, sino también que donen su capacidad sea la profesión que ejerzan para mejorar”.

En Ecuador este año fue reconocido por The Ocean Conservancy como el noveno país en el mundo con mayor número de voluntarios en limpieza de playas. En la Cruz Roja ese número alcanza los 10.000 voluntarios.

Mientras que el Cuerpo de Bomberos tiene centenares. Stefanny Rubio es una de ellos desde hace 4 meses, “siempre me llamó la atención el tema de riesgos y prevención y aquí he podido ayudar a muchos”.