Muchos productos son venenos para una mascota
Leandro estuvo grave, babeó y lloró mientras su madre, Amanda Vizcaíno Vinces, se esmeraba por cuidarlo y le limpiaba el hocico con agua y enjuague bucal. El perrito, inquieto y travieso, estuvo jugando con una rana y finalmente la mordió. El anfibio para defenderse liberó un veneno que afectó al can.
Eso ocurrió un domingo en la noche y puso en aprietos a Amanda, quien tuvo que prestarle los primeros auxilios mientras lo llevaba al veterinario. En ese caso, la mujer reaccionó de forma adecuada: limpiando el hocico del animal con un paño húmedo.
El caso se presentó a inicios de 2018, durante la temporada de lluvias. Leandro estuvo convaleciente cerca de media hora pero hoy ya se encuentra bien. Aquella travesura quedó como una anécdota para Amanda, pero es un ejemplo de los peligros de envenenamiento que corre una mascota tanto en la calle como en la casa.
Los perros y los gatos son curiosos por naturaleza y, como tienden a meterse cosas en el hocico, pueden ingerir accidentalmente sustancias tóxicas que se encuentren a su alcance, como detergentes o limpiadores.
También hay alimentos inofensivos para el hombre, que son peligrosos para los animales. Por ello hay que saber cómo identificar un caso de envenenamiento y cómo reaccionar en primera instancia mientras se acude al veterinario. De esta forma la persona podrá salvarle la vida a su compañero peludo.
Los expertos recomiendan no darles a las mascotas café, aguacate, almendras, ajo, cebolla, cerveza. Y, pese a lo que se cree popularmente, tampoco es bueno darles huesos a los perros, pues al quebrarlos las astillas pueden lastimarles los dientes y el hocico o desgarrarles el estómago y el recto.
Los síntomas del envenenamiento pueden ser fiebre, vómito, diarrea, falta de apetito, depresión, convulsiones, temblores musculares, hipersalivación, pupilas dilatadas, aumento de la frecuencia cardíaca, falta de coordinación para caminar y dificultades para respirar.
Una de las sustancias tóxicas para los perros y gatos, y que se encuentra en muchas casas, es el chocolate. “Tiene una enzima que el hígado de los animales no puede digerir, no la metaboliza, se queda en circulación y hace que se intoxiquen”, señaló el veterinario David Andrade.
Se refiere a la teobromina, sustancia presente en el chocolate y que el organismo del animal no puede procesar a la velocidad requerida, lo que la hace altamente peligrosa.
También hay que mantenerlos lejos de medicamentos y productos de limpieza como detergentes, cloro o lejía. En toda vivienda es común encontrarlos, pero, así como se colocan fuera del alcance de los niños, hay que ponerlos fuera de la vista de las mascotas, ya que son inquietas, curiosas y no distinguen si una sustancia es nociva o no.
“También el agua que sale del aire acondicionado puede ser peligrosa, ya que contiene refrigerante. Por eso es aconsejable no dejar que el animalito beba este líquido”, indicó el galeno.
Lucía Andrade, estudiante de veterinaria y activista por los derechos de los animales, recordó el caso de Cory, una perrita de 3 meses a la que sus dueños bañaron con fulminado, un producto para las garrapatas. “No la secaron bien y cuando se lamió, la sustancia le afectó. Quedó tendida en el suelo con exceso de saliva”.
Entonces le limpiaron el hocico con una mezcla de agua y sal para retirarle los restos de fulminado. “Fue como cepillarle los dientes”, relató Lucía, quien comentó que a menudo hay gatos que cazan ratones que ingirieron veneno y la sustancia les afecta.
En esos casos se observa debilidad muscular en los felinos y exceso de saliva. Se recomienda darles agua con sal (más sal que agua) para provocarles vómito, aunque si el animal convulsiona hay que tener cuidado, pues el líquido podría desviarse hacia las vías respiratorias y asfixiarlo.
El sulfato de atropina se puede aplicar como medida de emergencia en caso de afectación con insecticidas o por veneno de anfibios. La dosis dependerá del peso del animal, por eso se recomienda tener siempre actualizados los datos de la mascota (edad y peso) y consultar con el veterinario de confianza las cantidades que pueden aplicarse en caso de requerirlo, teniendo en cuenta que solo es una medida transitoria mientras se llega al consultorio.
La recomendación es buscar la guía de un médico para saber cómo reaccionar en estos casos de envenenamiento fortuito. Aunque hay sustancias que son utilizadas siempre en una emergencia.
Por ejemplo, muchos aconsejan dar leche a una mascota que presente síntomas de envenenamiento. El doctor David Andrade explicó que “cualquier tipo de leche es desintoxicante, ya sea para gato o para perro. La cantidad depende del tamaño y del peso del animal”.
Según el galeno, el líquido entra al sistema digestivo y encapsula el veneno. También puede inducir al vómito, lo cual es mejor. “Al animal hay que darle leche e hidratarlo bastante, eso es lo mejor mientras se acude al médico”.
También cuando la mascota sale a la calle, queda expuesta, ya que en un descuido del dueño puede ingerir cualquier cosa que se encuentre, incluyendo alimentos con veneno que personas inescrupulosas suelen dejar para matar perros y gatos. La activista Lucía Andrade recuerda que a una gata envenenada en la calle le inyectaron complejo B y le dieron agua con sal, eso permitió salvarla.
Katiusca ‘Kat’ Delgado es la directora del refugio Protección y Ayuda a Nuestros Animales (PANA), de Guayaquil, en donde ha atendido distintos casos de envenenamiento. Uno de ellos fue Hipatia, una perrita blanca y negra que fue rescatada por la agrupación en el suburbio.
“Le habían dado veneno, estaba preñada y tenía siete perritos en la barriga. Lastimosamente murieron a causa del veneno, pero a ella la pudimos salvar, pues no había pasado mucho tiempo desde que ingirió la sustancia. Tiene dos años y medio y fue dada en adopción”, relató la joven animalista.
Otra historia marcada por la tragedia es la de Nori, un perrito color miel hallado entre la basura cuando era un cachorrito de aproximadamente 3 meses. Estaba rodeado por los cadáveres de sus 7 hermanitos y su madre, todos fallecidos a causa de un envenenamiento.
“Lo rescatamos en un botadero de Fertisa. Estaba llorando, con fiebre. La gente nos dijo que los habían envenenado y que solo Nori no comió porque estaba muy enfermo. Lo llevamos y logramos recuperarlo. Hoy, 7 años después, sigue con nosotros en el refugio”.
La animalista recomendó que en caso de una emergencia con veneno se le puede dar a la mascota agua oxigenada para inducir al vómito. La cantidad depende del tamaño y el peso del animal.
“Si es grande o mediano pueden ser 10 centímetros. Lo principal es mantener la calma y darle el agua oxigenada con una jeringa pero no hacerle el hocico hacia arriba, pues se puede asfixiar”. Lo principal es llevarlo cuanto antes al médico, quien determinará el tratamiento a mediano plazo, en caso de requerirlo. (I)