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Un gol “altera” al cuerpo

Un gol “altera” al cuerpo
Ilustración: Abel Cevallos
02 de julio de 2018 - 00:00 - Henry Andrade J.

El 7 de noviembre de 2001 es una fecha que jamás será olvidada por los ecuatorianos. Ese día, la selección de fútbol clasificó por primera vez a un Mundial, el de Corea Japón, que se celebró al año siguiente.  

La escuadra nacional empató a un gol con su similar de Uruguay y ese resultado fue suficiente para llegar al máximo torneo de balompié.

Ese día se vivió una jornada de euforia colectiva en todos los rincones de la patria. Millares de personas que vieron o escucharon el cotejo experimentaron una diversidad de emociones y estímulos en sus órganos que les provocaron una felicidad intensa.

El propio Eduardo Tanque Hurtado, exseleccionado de fútbol y autor del segundo gol con el que por primera vez un combinado ecuatoriano le ganaba a su par de Argentina en Quito por las eliminatorias a Francia 1998, no atina a describir lo que sintió en ese momento.

Esto sucedió el 2 de junio de 1996. El fornido delantero recibió un pase en profundidad de Álex Aguinaga y con potente remate doblegó al arquero rival.

“No sé cómo expresar esa emoción. Es que además vi que todos quienes estaban en el estadio vivían lo mismo”.

Hoy que vivimos otra fiesta mundialista, la de Rusia (a pesar de la ausencia de la Tricolor), millares de personas del planeta experimentan esa sensación de bienestar, con el respectivo impacto en sus órganos.

Alejandro Farfán, médico general; la sicóloga Alexandra Sánchez y los neurólogos Ana María Guzmán y Fausto Cuesta explican lo que sucede en el organismo de jugadores e hinchas del fútbol cuando la selección o su equipo favorito marca un gol y lo gritan a todo pulmón.

Farfán (44), quien es egresado de la Universidad de Guayaquil, manifiesta que ocurren al menos 13 eventos al interior del cuerpo humano. Estos incluyen el sentido de la vista, el cerebro, la garganta, el páncreas, el hígado, los pulmones, el torrente sanguíneo y otros (ver gráfico).

Sánchez (42), quien estudió en las universidades de Loja y en la Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, expresa: “Hay sustancias que regulan nuestro organismo. Las más importantes son los neurotransmisores que se originan en el sistema nervioso y las hormonas producidas por glándulas endócrinas. En un partido de fútbol, según la intensidad como se viva, puede generarse durante un gol una importante liberación de serotonina y endorfinas que son las hormonas de la felicidad”.

La también poseedora de un diplomado en la Escuela Americana Bioneurocoaching (Guatemala) añade que es posible producir más adrenalina  y cortisol conforme al estrés e intensidad del cotejo, lo cual incrementará el ritmo cardíaco y el de respiración, así como la dilatación de pupilas y las expansión de los vasos sanguíneos.

Existe un grupo de regiones en el cerebro llamado circuito mesocorticolimbico, expresa la neuróloga Guzmán, en donde se producen niveles altos de dopamina, el cual es un neurotransmisor relacionado con el placer.

“Primero hay algo que nos incita a realizar una actividad o alguna emoción. En una fase de deseo, pasamos a la acción y allí intervienen otras sustancias: la adrenalina y la noradrenalina, las cuales preparan al organismo para actuar y luego viene la etapa de sensación de satisfacción”.

Cuesta (63), neurólogo especializado en Francia, enfatiza que “cuando las personas están atentas a un evento, como un partido de fútbol, se abstraen de otros hechos y en eso interviene el lóbulo frontal. En el momento en que se da el gol ocurre una situación bioquímica interna de sustancias excitadoras, las mismas que generan placer. Allí se liberan todas estas sustancias y eso permite exteriorizarlo de cualquier manera, incluso con el llanto”.

El también galeno del hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Santa Elena, añade que la euforia es temporal, pues dura solo unos segundos y luego de eso el cuerpo, sentidos y órganos regresan a un periodo de calma. “Esto ocurre hasta el siguiente evento, cuando otra vez puede activarse todo como al inicio”.

Farfán, quien además es médico ocupacional, advierte que esta fuerte emoción podría causar consecuencias negativas en personas que padecen alguna dolencia.

Mientras ello no ocurra, conmina a la gente a seguir disfrutando de la fiesta del fútbol mundial. (I)

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