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La reconciliación entre Cuba y EE.UU. aún no concluye
Poco después de la medianoche del 20 de julio de 2015, Estados Unidos y Cuba reanudaron sus relaciones diplomáticas tras 54 años de guerra fría. El progreso durante los últimos 12 meses ha sido notorio; sin embargo, aún hay puntos álgidos por resolver.
La directora general para Estados Unidos de la cancillería cubana, Josefina de la Caridad Vidal, indica que la persistencia del bloqueo estadounidense contra Cuba dificulta el avance del proceso de normalización de los lazos bilaterales.
En la región caribeña aún continúan las restricciones a las exportaciones desde Estados Unidos y, prácticamente, no se pueden importar los productos cubanos al país norteamericano. Tampoco se autorizan con licencia general las inversiones estadounidenses en Cuba, más allá de las telecomunicaciones; y no ha sido posible normalizar las relaciones bancarias.
La devolución del territorio ilegalmente ocupado por la base naval en Guantánamo, la política migratoria exclusiva para los cubanos, los programas subversivos, las transmisiones de radio y TV ilegales son otras de las exigencias de Cuba. “Para que hayan relaciones normales, Estados Unidos también tendría que renunciar a su pretensión histórica de decidir y controlar el destino de Cuba”, enfatiza Vidal, quien añade que el mundo reconoce lo que se ha logrado hasta el momento, pero aún queda mucho por hacer.
Desde la reapertura de las embajadas en las ciudades de Washington y La Habana, los representantes de ambos países han obtenido resultados en temas prioritarios y de interés para Cuba, en la esfera político-diplomática, la cooperación y los diálogos en asuntos de interés bilateral y multilateral.
Vidal destaca el regreso de 3 de los 5 héroes que guardaban prisión en Estados Unidos, la exclusión de Cuba de la lista de Estados terroristas y la renovación del registro de la marca Havana Club en ese país.
También resalta la creación de la Comisión Bilateral Cuba-Estados Unidos para dar seguimiento a la agenda posterior al restablecimiento de las relaciones. Se han realizado 3 reuniones con alternancia de las sedes y deben sostenerse 2 más.
Otro de los logros alcanzados es la suscripción de 11 acuerdos entre ambos países. Hay más en materia de enfrentamiento al narcotráfico; aplicación y cumplimiento de la ley; búsqueda y salvamento; respuesta a derrames de petróleo en el mar; meteorología; registros sísmicos; y áreas terrestres protegidas; que actualmente se encuentran en proceso de negociación y, según Vidal, algunos podrían firmarse antes de finalizar 2016.
“Para tener una idea, entre el 1 de enero de 1959 y el 17 de diciembre de 2014, Estados Unidos y Cuba firmaron apenas 7 acuerdos bilaterales, incluidos 3 en el ámbito migratorio, de los cuales sobrevivieron 5”, acota.
Gracias al diálogo, el correo postal directo se restableció en los 2 países, los cruceros estadounidenses volvieron a la isla después de medio siglo y desde septiembre vuelos directos unirán un puñado de ciudades a ambos lados del estrecho de La Florida. Al término de 2016, el Cafecito de Cuba se expenderá en las tiendas, comercio online y por teléfono en EE.UU.
El sociólogo guayaquileño Napoleón Velástegui concuerda con el importante progreso que ha tenido el restablecimiento de las relaciones entre ambos países. No obstante, resalta que EE.UU. debe respetar la soberanía de la isla para que el proceso sea más acelerado.
El retiro de la base naval de Guantánamo sería una de las decisiones más acertadas del gobierno de Estados Unidos, asegura Velástegui, quien añade que su permanencia representa “una transgresión y ataque a la soberanía de Cuba”.
“Deberían reaccionar como un día lo hizo Ecuador al decirle al presidente Barack Obama: Si ustedes nos autorizan la instalación de una base militar en su país, nosotros aceptaremos que continúe la de Manta. Desde entonces, no está presente en nuestro territorio”, acota.
Con la salida de Obama
El 20 de enero de 2017, la Casa Blanca será controlada por otro primer mandatario. Hillary Clinton, exsecretaria de Estado y candidata por el Partido Demócrata; y Donald Trump, empresario multimillonario y candidato por el Partido Republicano, lideran las encuestas.
El cambio podría ralentizar el restablecimiento de los lazos entre Cuba y Estados Unidos, según alerta el especialista en América Latina de la American University Washington, William LeoGrande, quien añade que “hasta el momento las relaciones avanzan más rápido del ritmo normal de cambio diplomático”.
De acuerdo con el coautor de un libro sobre medio siglo de diplomacia encubierta entre Washington y La Habana, el nuevo presidente tendrá sus propias prioridades y eso podría ralentizar el proceso.
El analista del Instituto Brookings, Ted Piccone, señala que “una presidencia de Clinton mantendría el rumbo trazado por Obama, pero quizás con un poco más de precaución”.
Trump, en cambio, envió señales contradictorias: cree que “la apertura hacia Cuba está bien”, aunque opinó que es posible obtener un “mejor acuerdo”.
El cubano Danilo Santa Cruz, director de la Escuela de Gastronomía de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), considera que mientras el Partido Comunista continúe al frente de Cuba no se van a restablecer por completo las relaciones con Estados Unidos.
Santa Cruz señala que los gobiernos de Cuba y EE.UU. deben ceder para que el proceso de diálogo finalice de manera exitosa. De la misma manera opina Jesús Estévez, otro cubano que reside en Ecuador. Él se trasladó a la isla en junio pasado y constató que la economía se está reactivando por el arribo de turistas. (I)