La Isla de la Plata, el paraíso del ecoturismo en Manabí
La belleza, diversidad y excelente clima que rige la mayor parte del año en Manabí, han convertido a esta provincia en uno de los destinos turísticos más visitados de Ecuador. Según estimaciones del Ministerio de Turismo, alrededor de 600.000 personas llegan cada año a los 22 cantones manabitas y sus principales atractivos, como Portoviejo, Manta, Pedernales y Puerto López, entre otros.
A 50 kilómetros de las costas de esta última ciudad está la Isla de la Plata, un espacio de tierra firme de 1.200 hectáreas en ldonde conviven grandes variedades de aves, anfibios, reptiles y mamíferos. Pese a estar a miles de kilómetros del Archipiélago de Galápagos, ambas islas guardan cierta similitud en cuanto a la fauna, flora y clima.
El nombre del lugar fue acuñado a raíz de una leyenda que involucra al otrora corsario inglés Francis Drake, quien habría escondido en varios puntos los tesoros arrebatados a navíos españoles. Entre junio y septiembre, grupos de ballenas jorobadas eligen las aguas cercanas a la Plata para reproducirse.
Origen del nombre
Pese a estar alejada del territorio continental, la Isla de la Plata forma parte del Parque Nacional Machalilla. Esta reserva natural se distribuye en las costas de los cantones Jipijapa, Puerto López y Montecristi. Es una de las áreas protegidas más extensas de la Costa ecuatoriana y comprende 2 zonas: una terrestre (56.184 hectáreas) y una marina (14.430 ha).
La Plata se encuentra en esta última. La historia sobre el origen de su nombre se debate entre la realidad y la ficción. Se dice que a fines del siglo XVI Francis Drake arrebató baúles de oro y plata de barcos españoles y los escondió en el islote.
“Si bien este hecho no está registrado en ningún texto, es una de las versiones más contadas por navegantes y guías turísticos. De acuerdo a la leyenda, el corsario inglés repartió el tesoro en la isla, por lo que supuestamente desde el mar se divisa el brillo de las monedas que estarían en varios puntos, por acción del reflejo del sol e incluso la luz de la luna”, señala Omar Zabala, guía turístico de Puerto López.
Como él, unas 30 personas de este cantón organizan tours hacia la isla todos los días, desde las 08:30.
Observación de ballenas
El costo del viaje es $ 35, el traslado dura una hora y en el trayecto es posible observar el despliegue de las ballenas jorobadas, a partir del 15 de junio.
“En esa fecha, gran parte de los turistas son alemanes, franceses y norteamericanos, debido a que en esos días ellos salen de vacaciones. La seguridad es lo primero, por ello cada viajero lleva su chaleco salvavidas y reciben todas las instrucciones para disfrutar con total confianza del trayecto”, explica Ana Miranda, hotelera.
Por precaución, las embarcaciones no se acercan demasiado a las ballenas, no obstante es posible hacer fotos y videos del mágico momento.
Una vez que se llega a la Isla de la Plata, lo primero que se observa es una enorme diversidad de coloridas aves marinas, entre ellas piqueros de patas azules, rojas, fragatas y albatros.
“Estas especies hicieron famosas a las islas Galápagos, por ello se suele llamar a la Plata la ‘Galápagos de los pobres’”, señala Ana Maldonado, turista quiteña. En el lugar también viven leones marinos, iguanas y hasta tortugas marinas.
Los recorridos al interior de la Plata se realizan solo por los senderos demarcados previamente, a fin de conservar el ecosistema. El extenso bosque seco a simple vista luce desolado, pero en realidad es hogar de varias especies de lagartijas, roedores pequeños e insectos.
El costo del tour incluye viaje de ida y vuelta desde Puerto López, refrigerio, visitas guiadas y la oportunidad de practicar buceo de poca profundidad, actividad en la que se puede ver tortugas marinas y variedad de peces y moluscos.
“Durante el zambullido también es posible observar el cielo desde abajo del agua, un espectáculo memorable e inigualable”, añade Maldonado. (I)