José Barrios, morador de Canoa
"El terremoto quedó atrás, ahora tenemos que voltear la página"
El silencio que reina en el balneario de Canoa (norte de Manabí) apenas se interrumpe con los golpes acompasados de un martillo sobre unas cañas. Entre las ruinas de lo que antes era un pequeño hostal, José Barrios Reyes se apura a levantar una especie de ramada, para improvisar un rústico negocio.
“Ya no es momento de lamentarse, la vida continúa y lo que pasó el 16 de abril debe quedar atrás”, comenta este joven manabita, quien a pesar de que sus palabras tienen un aire de esperanza, todavía conserva el recuerdo del terremoto que devastó esta población, al igual que gran parte de Manabí y Esmeraldas. Eso por momentos lo perturba.
Y es que a su memoria le viene el recuerdo de aquel aciago instante en que su negocio que tenía en la playa, y su casa que construyó en la parte alta, se vinieron abajo. En pocos minutos lo perdió todo.
“Era la época más productiva del año para nosotros, el turismo de la Sierra nos ayudaba mucho”, afirma este hombre, de tez quemada por el sol, quien interrumpe por breves minutos la conversación para seguir en su trabajo. De repente recobra el ánimo y se llena de un inusitado optimismo.
“El terremoto quedó atrás, ahora tenemos que voltear la página, debemos seguir trabajando por nuestras familias y para que la gente vuelva a visitarnos”.
Aunque tiene una deuda con un banco, eso de momento no le preocupa sino apurarse para reactivar su economía y para ello tiene pensado poner otro negocio con un amigo. Será de comidas rápidas.
Con las cañas y algo de madera también ansía instalar un puesto de camping, para los próximos turistas. Él está seguro de que pronto todo lo que vivieron será un mal recuerdo.
Y como ejemplo, asegura que todos en la población tienen el mismo objetivo. No solo los gobiernos nacional y local (San Vicente) trabajan en el sector. Son los mismos moradores, como él, los que ven un futuro que los llena de optimismo. (I)