Salud
El control médico, visual y audiométrico es clave
Las vacaciones llegan a su fin y, con ellas, también ciertas rutinas alimenticias y malos hábitos que desarrollaron los niños y adolescentes.
El retorno a las aulas es una oportunidad para evaluar su salud, su capacidad visual y la auditiva. Además, permitirá al padre de familia ir controlando los cambios físicos que experimentan los chicos, ya sea en peso o estatura, y en algunos casos en medidas de ropa y zapatos.
La doctora Angie Loor Benítez y la pediatra Érika Blasco Arriaga recomiendan una serie de exámenes básicos para que los progenitores sepan cómo llegan los hijos a las aulas en el nuevo período escolar.
Blasco, pediatra intensivista y médico tratante en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital de Niños Roberto Gilbert Elizalde, sugiere una biometría hemática completa de los niños y las niñas con el fin de descartar una anemia o déficit nutricional.
Explicó que esa prueba permite observar la cantidad de hematocritos (glóbulos rojos) y hemoglobina (proteínas de la sangre).
Del mismo modo, es partidaria de efectuar controles parasitarios y exámenes de orina, esto último con el objeto de comprobar si existen infecciones en las vías urinarias.
“El exceso de azúcares y carbohidratos que pudieron consumir en las vacaciones inciden en el desarrollo. Por eso es importante que se alimenten de productos que generen energías”, destacó Blasco.
Un examen odontológico, uno visual y un audiométrico también son recomendables, a criterio de la doctora.
La pediatra, de 39 años y con posgrados en la Universidad Católica y en el hospital infantil de México Federico Gómez, recordó que el regreso a las aulas en la Costa se da cuando aún rige la temporada invernal y ello incide en que puedan contraer algunas enfermedades.
Loor, de 36 años y actual médica de la Unidad Judicial Valdivia, hace énfasis en los exámenes parasitarios por cuanto existen algunos que se alojan en los intestinos y en el duodeno de los pequeños, lo cual les resta en la absorción de alimentos y nutrientes.
“Los niños deben someterse a un examen para ver la cantidad de parásitos al menos una vez al año. Hay padres que los hacen cada 6 meses por cautela. No se debe desparasitar sin la orden de un profesional, por cuanto son fármacos que ingresan al cuerpo”.
La doctora egresada de la Universidad Católica considera que los suplementos vitamínicos son una buena opción para los chicos, cuyos padres no disponen del tiempo suficiente para preparar un desayuno nutritivo.
“El complejo B ayuda al desarrollo del cerebro y eso permite absorber mejor la información. Pero también necesitan del calcio, enzimas, fósforo y otros”. (I)