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Dos presuntas secuestradoras de bebés aguardan el dictamen final

Dos presuntas secuestradoras de bebés aguardan el dictamen final
07 de abril de 2016 - 00:00 - Redaccion Sociedad

24 de febrero de 2016: una niña recién nacida es secuestrada del Hospital Pablo Arturo Suárez, al norte de Quito, cerca de las 03:00, mientras su madre duerme. La presunta plagiadora usó un disfraz de enfermera y una credencial falsa del Ministerio de Salud Pública (MSP).   

Los familiares no tardaron en poner la denuncia. “Como a las 5 de la tarde, recibimos una llamada indicándonos que una señora estaba deambulando por el sector de Cotocollao, por el Patronato, con una bebé, generaba sospecha y parecía que no era su hijo”, explicó la coronel Ivonne Daza, directora de la Dinapen (Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes).

Miembros de esa entidad se trasladaron al lugar y verificaron que se trataba de la mujer que buscaban, la que habían reconocido en videos de seguridad. Según Daza, la sospechosa no daba razón de cómo tuvo la niña, tampoco puso resistencia cuando los miembros de la Dinapen se acercaron y al no saber cómo demostrar que era su hija la entregó inmediatamente.

Enseguida llevaron a la niña al hospital Pablo Suárez, donde fue evaluada y alimentada. La criatura estaba en buenas condiciones e inmediatamente fue entregada a su madre, Abigaíl S., de 18 años.  

6 de febrero de 2016: la bebé de Domingo Ch. (25 años) y “María” (24 años) fue secuestrada del Hospital General Docente.  La policía encontró a la niña en 48 horas.

¿Qué motivaciones empujan a una mujer a secuestrar a un bebé? ¿Locura o delincuencia?  George Sotomayor, fiscal a cargo del caso de la bebé en Riobamba, indica que durante la audiencia, la defensa argumentó que la supuesta secuestradora habría  perdido a su bebé cuando estaba embarazada, lo que podría haber causado que cometiera el delito.

Un certificado emitido por una clínica privada de Riobamba corroboró que, en efecto, Viviana V. (identificada como la secuestradora) se encontraba en estado de gravidez, y que, posteriormente a ello, también había sido sometida a exámenes psicológicos y psiquiátricos para conocer su estado mental. Los resultados aún no se conocen.

“Hay que tomar en cuenta que ella se vistió de enfermera, ingresó hasta el lugar en el cual sabía que existía un bebé, mintió a los padres de la neonata y se la llevó; fue un acto planificado”, determinó Sotomayor.

Mientras que en el parte policial de detención de Joselyn A. se asegura que “existe una duda razonable respecto a la afectación psicológica de la procesada”. En ambos casos aún no se ha emitido un veredicto.

El trabajo de la Dinapen en Quito permitió recuperar a la hija de Abigaíl S., de 18 años. La bebé fue robada en el hospital donde nació. Foto: Cortesía

¿Cómo ocurrieron los hechos?

“En los videos se puede ver (a la secuestradora) como una persona completamente normal. Fueron los familiares los que nos dijeron que ella tenía algún problema psicológico, que estaba con tratamiento con un psiquiatra, pero no tenía ningún diagnóstico”, explica Daza, de la Dinapen, sobre el caso de la bebé secuestrada en Quito.

En Riobamba, el padre de la niña recuerda que hasta la habitación en la que su esposa se recuperaba del parto junto a su hija llegó una mujer que aparentemente era enfermera por el mandil blanco que utilizaba. Ella les indicó que llevaría a la niña hasta el área de neonatología. “La tomó en sus brazos y se la llevó; a mí me quedó una sensación extraña, por lo que la seguí, hasta que se perdió en las gradas; debía suponer que algo andaba mal”, comenta Domingo.

Al no saber nada de su niña por el lapso de 2 horas, pidió ayuda a la Policía a través de una llamada al ECU-911 de Riobamba, que llegó al sitio e inició la búsqueda. “No sabíamos qué hacer, solo esperar, le rogábamos a Dios que mi hija estuviera bien, se nos pasó un montón de cosas por la cabeza, nunca pensé que me tocaría vivir esto”, enfatizó Domingo.

Las cámaras de seguridad del hospital permitieron que la policía identificara a la secuestradora.

En 48 horas encontraron a la niña en la parroquia San Andrés, del cantón Guano. “Se le realizaron todos los exámenes y se pudo comprobar que la neonata estaba en buenas condiciones y fue entregada a sus padres”, señaló Boris Velásquez, coordinador zonal 3 del MSP.  La mujer, identificada como Viviana V., de 24 años, al momento guarda prisión preventiva.

Mientras que en el caso de Quito, la posible secuestradora, Joselyn A., de 22 años, se encuentra con arresto domiciliario y vigilancia policial.

Ambas están detenidas por el presunto delito de secuestro, tipificado y sancionado en el art. 161 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que señala: “La persona que prive de la libertad, retenga, oculte, arrebate o traslade a lugar distinto a una o más personas, en contra de su voluntad, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años”.

¿Delitos premeditados?

Monserrath López, psicóloga de la Dinapen, explica que se podría considerar que alguien perdió la cordura si de pronto ve a un bebé en la calle y se lo arrebata a su madre. Pero este no sería el caso de las dos mujeres. La profesional asegura que los hechos fueron premeditados.

“Lo que podría ocurrir es que una mujer perdió a su bebé, pasó por un momento de duelo, y en ese proceso tuvo mucha ira, mucho rencor ante la situación que vivió, entonces, el resentimiento la llevó a actuar de manera errática, pero al llegar al extremo de estos casos no lo considero así”, explica la psicóloga.

Para justificar que estos hechos fueron planeados, López indica que los análisis de las situaciones determinaron que ambas mujeres usaron estrategias para cometer el delito.

La especialista también presenta otro escenario: existe la posibilidad de que estas mujeres tuvieran un problema psicológico que se formó desde la niñez, pero que nunca salió a la luz. Explica que hay factores predisponentes, precipitantes y desencadenantes para una perturbación psicológica. Posiblemente el extravío de un bebé o un rompimiento amoroso causen la pérdida de la cordura.

En los secuestros para determinar que hubo un problema mental de por medio se debe establecer una valoración psicológica y una de la estructura de su personalidad. López expresa que al momento de realizar un análisis de los rasgos psicológicos de estas mujeres se debe tomar en cuenta el contexto en el que se desarrolló el hecho y debe considerarse la intención del secuestro, “si fue para suplir una pérdida, generar poder, obtener dinero o hacer daño específicamente a alguien”.

Aunque se podría pensar que lo que impulsó a estas mujeres fue una perturbación mental, López asegura que no puede desestimarse que sean personas con rasgos delincuenciales.

En el mundo no todas las mujeres que cometen este tipo de actos son impulsadas por una pérdida de cordura. También podrían formar parte de una organización delictiva, y ellas ser el señuelo.

“Cuando se hacen las investigaciones, las secuestradoras de bebés suelen estar antes del cometimiento del hecho”, señala López. Quien comete el delito puede intervenir en dos momentos. Primero identifica a la víctima y recopila información y después participa en el cuidado de la embarazada e incluso en el asesinato de ella.
El Departamento de Criminalística es el encargado del peritaje psicológico, emocional y social del victimario y de la victimaria.

Consultado sobre los dos hechos, el abogado José Guerrero expone que estos casos pueden tener causas reales, temporales, patológicas y otras desconocidas. “Para probar que esas mujeres están locas se requiere de un examen médico legal en el que se disponga que un especialista establezca el estado de conciencia. Esto se realiza en el proceso penal”.

Asegura que los médicos deben realizar -por lo menos- una psicogénesis delictiva, que es “el estudio a partir del diagnóstico del mecanismo psíquico mediante el cual un individuo llega a delinquir”.

Uno de los criterios que se debe analizar -comenta- es el de la psicogénesis delictiva psicorreactiva. “Esta requiere ser estudiada desde dos puntos de vista: en relación a la naturaleza psíquica del acto delictivo y en relación al estado psíquico de las personas en el momento del hecho”.

De acuerdo a Guerrero, si en la investigación se establece que las mujeres detenidas por presunto delito de secuestro están privadas de la razón, ellas presentarían un estado de incompetencia y no serían responsables de los hechos. Al contrario, si fueron presentadas como ‘locas’ sin estarlo, han trazado una coartada para atenuar las circunstancias y deben responder por el delito.

Hay una tercera posibilidad: cuando no se pueda probar ninguna de las opciones anteriores. Allí se trataría de momento emocional temporal, que es un atenuante en el delito, pero habría que pagar la pena.

Si se comprueba que estas mujeres tienen alguna perturbación mental se dispone su internamiento en una casa de salud. “El que esté loquita no elimina el hecho o que no se llevó el niño. Lo que pasa es que está privada de la capacidad para responder. La locura, la privación mental, es una excusante de responsabilidades”, concluye el abogado. (I)

Autoridades sanitarias y de la Dinapen recomiendan a los padres que autoricen solo a una enfermera o a un médico, previamente identificados, cargar o llevarse al bebé. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo

DATOS

En América Latina los casos de robos de bebés ocurren por lo general en hospitales donde nacen los niños.   

Al igual que Viviana V. (acusada de un secuestro en Riobamba), María Rosa Díaz de Bonis fue aprehendida por vestirse de enfermera para raptar a una niña en un hospital de Buenos Aires.

En febrero de este año, en México, una mujer fingió ser enfermera y engañó a la abuela de la menor. La pequeña fue recuperada luego de varios días.

A través de las cámaras del hospital Pablo Arturo Suárez, en Quito, se pudo ver cómo la presunta secuestradora de la hija de Abigaíl sigue la pista de su víctima, para luego cometer el delito. Joselyn A. se encuentra con arresto domiciliario. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo

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