Con el gobierno del presidente Rafael Correa se dio inicio a un verdadero cambio de la universidad ecuatoriana; juzgar si este ha sido positivo o negativo no será objeto de este análisis, que más bien será de carácter descriptivo; sin embargo, podemos señalar que prácticamente en este período de gobierno “el concepto de universidad de investigación se ha ido abriendo paso y cada vez con más intensidad está adquiriendo un protagonismo de primer orden. No puede olvidarse la conexión evidente que existe entre este concepto y el desarrollo de calificaciones de universidades a todos los niveles, mundial, regional y nacional, que ha llevado al público objetivo, por un lado, y a los gestores universitarios, por otro, a informarse y, en muchos casos, a tomar medidas para mejorar los posicionamientos de sus universidades en esos rankings” (Cuaderno de reflexión universitaria UPS).

Podemos ver que en la acreditación de las universidades y particularmente de las carreras que fueron pioneras en estos procesos por parte del Ceaaces (Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) como el caso de medicina y odontología, la “evaluación de la investigación” tiene un peso significativo en el logro de la tan anhelada acreditación.

En este sentido la gran mayoría (por no decir la totalidad) de las universidades ecuatorianas ha impulsado esta actividad fundamental del quehacer universitario, mediante la creación de centros, grupos y participación en redes nacionales e internacionales que promueven la investigación en su interior y que, de hecho, requieren una inversión económica importante, que debe estar reflejada en sus presupuestos anuales.

Medir el estado de la investigación en el país resulta un tanto difícil, se necesita una serie de indicadores, publicaciones en revistas de impacto, científicas, tecnológicas y humanísticas y patentes registradas y explotadas adecuadamente con su correspondiente repercusión económica; para este análisis utilizaremos elementos referenciales.

Iniciemos tomando como fuente a Webometrics, donde, en el ranking de centros de investigación a escala mundial, Ecuador registra tan solo 3 centros, uno de ellos es la Estación Científica Charles Darwin, que se ubica en el puesto 882 a escala mundial; de Latinoamérica, Brasil registra 98 y su mejor centro se encuentra en el puesto 28 a escala mundial (para tener una referencia).

Otro indicador que nos sirve para el análisis son las publicaciones científicas registradas por la base de datos Scopus, que proporciona una visión global de la producción mundial de investigación en los campos de la Ciencia, la Tecnología, la Medicina, las Ciencias Sociales, Artes y Humanidades. La producción científica de la región en su conjunto es muy baja (a excepción de Brasil) si la comparamos con potencias mundiales como Estados Unidos, China y España.

Las cifras señalan que de los 1.174 artículos que al 2014 se registraron en el país, el 61% pertenece a las 27 universidades públicas; 24% a las 8 cofinanciadas y el 15 % a las 18 universidades particulares autofinanciadas.

Del último proceso de evaluación con fines de acreditación de 2013 solo 3 universidades ecuatorianas fueron ubicadas en la categoría A; de ahí que es importante verificar el aporte en publicaciones de estas 3 universidades 2 públicas y una autofinanciada), en relación con la que más producción científica registra en Scopus.

Los investigadores más reconocidos de Harvard han producido cientos de artículos y lideran la clasificación a nivel mundial; por ejemplo, el investigador Walter Willett,

MD, Dr. PH, llega un registro de 1.340 artículos en el campo de la medicina, y es el segundo autor más citado en la medicina clínica.

George McClelland Whitesides, profesor de Harvard es un químico estadounidense conocido, entre otras cosas, por ser uno de los padres del autoensamblaje molecular y registra 1.039 publicaciones; le sigue Kagan con 1.033 artículos en el campo el campo de la catálisis asimétrica. Sus descubrimientos han tenido relevancia en la industria farmacéutica.

De los datos que se han expuesto, tanto por países como por universidades, podemos establecer la existencia de una correlación directa entre producción científica y presupuestos asignados para la investigación; lo que quiere decir que los países que registran mayor renta tienen mayor posibilidad de realizar descubrimientos científicos y, consecuentemente, registrar mayores niveles de crecimiento; de igual manera se puede ver en el caso de las universidades, en donde las que registran mayor producción científica tanto a escala mundial como en el Ecuador son las que mayores presupuestos tienen. Aspiramos a que en 2016 la producción del país continúe con su tendencia creciente, pero, sobre todo, que estas investigaciones vayan orientadas a aportar lo que el país requiere. (O)