Los choferes urbanos dieron un plazo de 30 días al Concejo Cantonal para ser atendidos y tener una definición sobre el incremento de las tarifas y el uso de las tarjetas electrónicas.

Indicaron que existe una propuesta de compensación del Municipio que llega a $ 315, para no lo elevar los costos de los pasajes. Sin embargo, consideran  que ese monto no alcanza para realizar el trabajo diario y el mantenimiento de sus unidades.

“Ese valor no es suficiente. Pedimos que sea tomado en cuenta el estudio realizado por la Cámara de Transportes, en el que se hace constar que el valor de la tarifa en esta ciudad debe ser de 41 centavos”, dijo el presidente encargado de esta agremiación, Patricio Segarra (foto).

El dirigente expresó también que de no ser atendidos sus requerimientos, el transporte público irá saliendo “poco a poco” del servicio. “Vehículo que entre a la mecánica ya no volverá a trabajar porque no hay dinero para las reparaciones”, advirtió.

Asimismo, los transportistas indicaron que la utilización de la tarjeta electrónica ha quedado rezagada. “En un año no ha sido atendido este pedido, no podemos seguir trabajando de esta forma porque al Concejo Cantonal no le interesa”, enfatizó Segarra.

El gremio de choferes no descarta dejar de utilizar la caja común y volver a contratar a los “ayudantes”, ya que cada socio debe pagar actualmente $ 550 por el mantenimiento de esos implementos.

Al respecto, el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, manifestó que los diálogos con el sector avanzan.

Anunció que para la próxima semana está prevista una reunión con el directorio, empero señaló que “el incremento de pasajes no podría darse porque golpea especialmente a la clase pobre y eso no está en planes de las autoridades”. (I)