La instalación nuevamente de las supermanzanas en nueve cuadras alrededor del parque Calderón, de Cuenca, trae resistencia en varios sectores de comerciantes y empresarios hoteleros. Mientras que los ciudadanos de a pie creen que la ciudad debe tener un nuevo esquema de movilidad.

“No estamos de acuerdo con estos planteamientos, estamos perdiendo mucho dinero y seguimos al borde de la quiebra”, dijeron varios representantes de sectores hoteleros y restaurantes que llegaron el lunes para ser parte de la socialización del proyecto que lleva adelante la Dirección de Gestión de Movilidad de la Municipalidad de Cuenca.

La idea del proyecto es reducir los indices de accidentalidad, disminuir la contaminación en el centro histórico, dar mayor seguridad al peatón y hacer que el comercio tenga mayor fluidez con personas caminando por las calles céntricas de la ciudad.

A fines de septiembre de 2019 ya se realizó un primer experimento, el cual, según Guilherme Chalhoub, director de este departamento, ha permitido conocer las reacciones de los cuencanos frente a un tema que es tendencia en varios países europeos.

Según el funcionario, se trata incluso de disminuir la velocidad vehicular hasta 10 km/hora, lo que facilita la movilidad del peatón.

Las llamadas supermanzanas no hacen que la vía se cierre completamente, al contrario, el flujo del transporte urbano seguirá trabajando sin alterar sus horarios en el centro de la ciudad.

Este proyecto está previsto que se ponga en marcha desde el 30 de noviembre hasta el 3 de diciembre de 2019.

El representante de los bares y discotecas en Cuenca, Luis Sanmartín, dijo que es necesario sumarse a este tipo de propuestas para tener una ciudad menos contaminada. Sin embargo, no tuvo la acogida de los demás, quienes dijeron que es una medida para la cual los cuencanos aún no están preparados.

“Estamos en contra de que se haga en las fechas previstas, es ir contra nuestros negocios, háganlo en carnaval”, señaló una comerciante que no se quiso identificar.

También en la reunión se dijo que en la anterior prueba de las supermanzanas, el centro se convirtio en una “feria libre”, donde se vendían pinchos y otros productos en la vía pública.

“Queremos tener un área interna pacífica donde se permita hacer otros desarrollos en estos espacios. Esta vez el proyecto tiende a tener nueve manzanas alrededor del parque Calderón. Por ejemplo, estaremos tomando el carril exclusivo de la calle Presidente Córdova, esta es una vía que tiene un flujo de 10.000 personas que transitan diariamente”, detalló Chalhoub.

“Tendremos un centro mucho más calmado, con actividades extremadamente seguras y con menos índices de condiciones de ruido, donde se privilegie a los peatones”, agregó el funcionario.

La experiencia realizada en el sector El Vado en fechas anteriores dejó buenos resultados. El 85% de las personas tuvo una disminución de riesgo.

En Cuenca, con una población cercana a 700.000 habitantes, la tasa de vehículos es de  250 por 1.000 habitantes, cuando el promedio a nivel nacional es de 130 vehículos por cada 1.000. Este número pone a Cuenca por encima de Guayaquil y Quito.

El parque automotor de Cuenca, con cerca de 120.000 vehículos matriculados en 2018, ha vuelto insostenible la movilidad. En horas pico la ciudad llega a tener hasta 50.000 carros por hora en sus intersecciones más transitadas. “Ya es hora de que se vaya peatonalizando el centro histórico”, dijo Jorge Paredes.

El hombre indicó que las personas que se oponen a estos proyectos son las que usan vehículo para llegar a sus comercios u oficinas todos los días y que saturan con el tráfico las calles céntricas de la ciudad. (I)