Son, en su mayoría, madres de familia y trabajan para sustentar su hogar
Seis mujeres entierran la idea de que solo los hombres manejan maquinaria pesada
Manejar maquinaria pesada ya no es una actividad exclusiva de hombres. El desconocimiento, los prejuicios e inicialmente el miedo a los grandes equipos y los sonidos fuertes, no han sido problema para que 6 mujeres se preparen para ser operadoras de maquinaria pesada del Municipio de Cuenca.
Verónica Aguirre dejó su labor como auxiliar contable que desarrollaba desde hace 4 años. Cambiar de ambiente y demostrar que las mujeres son capaces de realizar cualquier actividad que se propongan fueron los motivos que la impulsaron a ser parte de este grupo.
Tiene un hijo y es madre soltera, y aunque inicialmente creía que a toda la maquinaria pesada se le llamaban ‘tractores’, hoy sabe que cada equipo tiene su nombre y una función específica. “Yo he venido a aprender al 100%, sé que es un mundo nuevo”, dijo.
Aguirre siente afinidad por la retroexcavadora; mientras que su compañera Lady Tapia, de 25 años, la tiene con la cargadora frontal.
“Yo veía a mi hijo jugando con sus carritos, cargando la tierra en el volquete y me decía: ‘¿Qué sería hacer eso en una máquina de verdad?”, relató.
Ella no imaginaba que el “carrito” con el que su hijo jugaba sería el automotor pesado por el que ahora siente inclinación.
Tapia, quien trabajaba en el restaurante de su madre, explicó que esta máquina posee un ‘cucharón’ con el que se carga los materiales para ponerlos en volquetes.
Junto con 2 compañeras más, forma parte del movimiento Afro del Azuay, y se siente emocionada de ser parte de este grupo; sobre todo porque en varias ocasiones les ha resultado difícil conseguir un empleo, más aún en alguna entidad pública.
“Mucha veces, por ser afro, se nos hace más difícil y por eso se presentó esta oportunidad y vine a dejar mi carpeta”, dijo.
Al igual que Tapia, sus compañeras manifestaron que al inicio tenían miedo de las máquinas, situación que cambió y ahora se suben a estos vehículos con mucha seguridad.
“Hay mujeres que manejan taxis, buses, hasta traileras, pero mujeres con este tipo de maquinaria no es muy común”, dijeron.
Los hilos, las agujas y telas quedaron atrás para Patricia Barzallo, quien dejó su labor como costurera para dedicarse a lo que dijo siempre le ha gustado, “las actividades fuertes”. Le gusta la motoniveladora pues explica que es una de las maquinas más grandes y con varias funciones.
Rocío Tapia, jefa de la planta de mantenimiento vehicular y maquinaria del Municipio, explicó que la inclusión de género forma parte del modelo de gestión de la planta y de la política pública de la actual administración municipal.
“En el sentido de que las mujeres se incluyan a trabajos que eran históricamente ejecutados por hombres”, expresó.
Con la inclusión de este grupo, dijo, buscan generar igualdad de oportunidades de trabajo para hombres y mujeres.
“Averiguamos en el Sindicato de Choferes, en Somec (Sindicato de Operadores de Equipos Camineros) y no había mujeres capacitadas para laborar”, expresó.
Por este motivo, y a través de los distintos centros de Desarrollo Municipal, escuelas y asociaciones de grupos vulnerables, se identificó a este grupo de mujeres, que en la actualidad se encuentra en una etapa de inducción dentro de la planta de mantenimiento del Municipio.
Dentro de este proceso ellas conocen los diferentes tipos de maquinaria e identifican con qué equipo se siente más alineadas, para luego iniciar la parte teórica en algún sindicato y obtener certificados y licencias requeridos.
Sindia Varsi fue a visitar a sus familiares en Haití por 3 meses. Regresó a Cuenca sin saber a qué labor se dedicaría y fue la directora de la guardería donde deja a su hijo quien le comentó de este programa. “Yo dije que no sé manejar ni un carro y que no sabía qué iba a hacer con las máquinas, pero me dijeron que eso no era un impedimento”.
Dentro de este grupo también están Jessenia Tenorio, quien laboraba como mesera, y Yesenia Vega, profesora, quien comprendió, luego de tener varias semanas como ayudante de los operadores, que tanto hombres como mujeres pueden ejercer cualquier actividad.
“Nosotras mismas creamos ese ambiente en el que les decimos a nuestros hijos: ‘los hombres hacen esto y las mujeres esto otro’, cuando todos podemos realizar cualquier labor”, expresó.
Luis Ordóñez, jefe de obra civil, expresó que no existe ningún inconveniente para que ellas sean operadoras de maquinaria pesada. Acotó que en cada una de ellas existe el afán de aprender y los nervios del primer día ya han desaparecido.
Las 6 mujeres esperan dentro de poco estar manejando sus respectivas máquinas en los diferentes frentes de trabajo del Municipio, demostrando que con voluntad y compromiso han dejado en el pasado el criterio de que únicamente los hombres podían operar maquinaria pesada. (I)