San Pedro de Borrero sufre escasez de agua
Desde ayer recién el barrio San Pedro de Borrero, del cantón Azogues, empezó a tener continuidad en el servicio de agua potable, luego de que durante un mes los habitantes del sector, ubicado al sur de la ciudad, recibían el servicio únicamente de uno a dos días a la semana.
Los problemas de abastecimiento, según los moradores, no son recientes, pues desde hace seis años San Pedro sufre la escasez del servicio, lo que ha afectado aproximadamente a 100 familias. “Es un par de horas lo que nos dan el servicio y tenemos que aprovechar para llenar nuestros tanques de reservas”, afirmó Segundo Guaillas, vicepresidente del barrio, quien añadió que el agua que logran obtener durante ese lapso de tiempo les dura únicamente para tres o cuatro días.
Por este motivo, según el representante, la mayoría de pobladores debe dosificar el uso del líquido, incluso bañarse a diario resulta un privilegio.
El abastecimiento del agua, según los moradores, no tiene un horario fijo. “Siempre nos pasamos la voz de que ya viene el agua para aprovechar y hacer los quehaceres, porque ni si quiera sabemos a qué hora nos van a dar”, agregó Guaillas.
El problema también existe en la escuela Mariscal Sucre de la zona. El establecimiento maneja el programa de alimentación escolar para unos 56 estudiantes.
Mariana Tenemaza, directora encargada del plantel, señaló que deben pedir agua a los vecinos de la comunidad para poder preparar los alimentos y mantener limpios los servicios higiénicos.
Además, señaló que los estudiantes, utilizando baldes, son los que se encargan de llenar los tanques de reserva de la institución cada vez que se vacían. “Los niños se cansan, pero nos vemos obligados a pedir su ayuda para que se mantengan limpios los servicios y preparar los alimentos”, expresó la directora.
Los habitantes de la localidad manifestaron que, pese a estos inconvenientes, el valor a cancelar en sus planillas no disminuye. Por eso la mayoría de las familias se ha acostumbrado a cerrar las llaves de paso “Aunque no tenemos agua, la pluma del medidor sigue girando”, se quejó una moradora.
Otro problema que sufre la localidad es la falta de alcantarillado, por este motivo la mayoría de familias y la institución educativa utilizan pozos sépticos, los mismos que han ocasionado grietas en las estructuras, indicó Tenemaza. “Pero como no tenemos alcantarillado nos hemos visto obligados a aumentarlos, por eso la escuela tiene tres pozos”, añadió.
Hace un año, según los moradores, firmaron un convenio con la Empresa Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento Ambiental del cantón (Emapal) para recibir las redes de alcantarillado y mejorar el sistema del agua.
Sin embargo, Johnny Beltrán, director técnico de Emapal, explicó que la empresa no cuenta con recursos suficientes para realizar estas obras, debido a que se necesitarían unos $ 600 mil para su ejecución.
Empero, Beltrán añadió que aspiran a recibir un financiamiento del BEDE para iniciar los trabajos, posiblemente en mayo de este año.
Los problemas de escasez de agua, aseveró el funcionario, obedecen a problemas en las tuberías. “Al vaciarse las tuberías de agua y nuevamente ingresar el liquido a las redes de distribución se queda un aire atrapado”, dijo.
Inconvenientes que -expresó- surgieron desde que, por fallas geológicas, se destrozó la planta de reserva de Zhizhiquin que abastece del líquido al sector. “Pero eso ya se logró solucionar. Ya no habrá cortes porque el servicio volvió a la normalidad desde ayer, aunque continuaremos con los monitoreos”, agregó.
Las tuberías de la zona, aseguró Beltrán, serán cambiadas paulatinamente durante todo este año, para que a partir del próximo los habitantes cuenten con redes nuevas.