El choque, de este viernes 14 de diciembre, al tranvía 1011 en Cuenca, despierta la inquietud de las autoridades sobre la seguridad de los peatones y conductores.

Pasado el mediodía y según testigos, un carro pequeño invadió la ruta tranviaria, lo que provocó la colisión con la parte delantera del vagón que se encuentra en período de prueba.

El jueves anterior, en los 20,4 kilómetros que recorrió la unidad 1001, la máquina alcanzó una velocidad de 45 km/h desde el sector del Control Sur hasta la Iglesia del Corazón de Jesús. Sin embargo, al pasar por el Centro Histórico el tranvía no superó los 20 km/h por el desorden.

En las intersecciones los peatones cruzaban sin mirar al frente o costados, pues chateaban en los celulares; otros, en cambio, ignoraban la línea amarilla que separa al peatón con la máquina.

“Vamos a seguir socializando, pero ustedes (medios de comunicación) son la parte esencial en este aspecto”, manifestó Santiago López, gerente de las empresas municipales.

Si bien la obra está en proceso de entrega y recepción, los vehículos del tranvía ya pueden hacer el recorrido. Según el alcalde Marcelo Cabrera, se aspira a que hasta la primera quincena de enero se firme el acta de recepción.

El funcionario insistió en que “se trabaja en la puesta en marcha de los subsistemas, ya que el 25 de diciembre saldrán paulatinamente los 12 carros para que realicen el recorrido de ida y vuelta de la ruta”.

Según Marcelo Cabrera, a partir del 2 de marzo de 2019 funcionará el tranvía para los pasajeros. En cuanto a la tarifa, dijo que se analiza, “pero de arrancada costará $ 0,35”.

Para Xavier Díaz, director de la agrupación CITA (contratista), el sistema tranviario tiene muchas bondades, como ser cero contaminante. “La semaforización es importante, puesto que hay semáforos inteligentes que ayudarán tanto al tranvía, al peatón y al conductor”, indicó Díaz.

La obra costó $ 280 millones, el 80% de esta inversión fue financiada por el Gobierno Central. (I)