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Protestas por el inicio de obras del tranvía en el centro de Cuenca
Con la quema de llantas los moradores y dueños de los locales comerciales de la calle Gran Colombia protestaron ayer por el cierre de esta vía en su parte final, desde la Tomás Ordóñez hasta la avenida Huayna Cápac, por el inicio de las obras del tranvía.
Las mismas mallas que se colocaron en las avenidas España y de Las Américas para iniciar con los trabajos del proyecto tranviario se colocaron en la calle Tomás Ordóñez. Ello bloqueó por completo la circulación vehicular.
La acción indignó a los comerciantes y moradores, quienes cuestionaron el inicio de los trabajos sin haberse efectuado ningún tipo de socialización.
“Sin una discusión, un análisis o una conversación con los actores directos, han cerrado esta vía ocasionando caos vehicular, además de perjudicar a las familias y locales comerciales”, indicó Marco Auquilla, vecino del sector.
Indicó que el lunes por la tarde personal del proyecto Tranvía colocó las mallas y procedió a realizar excavaciones, las mismas que continuaron hasta ayer, antes de la protesta.
Gerardo Fernández, secretario municipal de movilidad y encargado de la iniciativa, aseveró que la intervención en la zona correspondía al cambio de matriz de agua potable y alcantarillado.
“Son obras que Etapa necesita hacer para cuando avancen los trabajos para ya no encontrarnos con ninguna dificultad”, dijo el funcionario.
Acotó que el cuestionamiento no es por el inicio de las labores, sino por la falta de socialización.
“Es un malentendido. De nuestro lado pensamos que Etapa socializaría y entiendo que ellos creían que el Municipio lo haría. Es este lapsus el que nos ha generado dificultades”, acotó.
Iván Palacios, gerente general de Etapa, señaló que son obras de cambio de matriz de agua potable, que se realizan en coordinación con el personal del proyecto Tranvía.
“Son necesarios estos trabajos porque para que este sistema funcione eficientemente la infraestructura debajo de la plataforma tiene que estar en óptimas condiciones”, acotó.
Los trabajos, de acuerdo al funcionario, durarían alrededor de 45 días, lo que preocupa a los comerciantes, quienes señalan que sus negocios quebrarían. “Durante ese tiempo tendré que despedir al personal porque no voy a tener ingresos”, dijo Fabián Farfán, dueño de un local. Los moradores esperan que después de la reunión planificada para el jueves en la noche con personal municipal se establezcan soluciones y se evite así que nuevamente se generen protestas.