En las ruinas de Ingapirca empezaron ayer las celebraciones de la ancestral fiesta del Inti Raymi. Según veteranos de la comunidad de San Pedro, sitio cercano a la parroquia, anteriormente la conmemoración era más espiritual y al mismo tiempo tenía más acogida por los turistas.

“En parte, las costumbres han cambiado por la migración, tanto interna como externa, y por la influencia de modas y avances tecnológicos”, manifestó Ángel Calle, presidente de la Junta Parroquial de Ingapirca.

La autoridad  también afirmó que este año, a diferencia de otros, se pretende relacionar más a los visitantes con la naturaleza y las tradiciones, con danzas y música solo autóctona “para que aprecien de mejor manera la cultura de este pueblo”.

Indicó que no se permitirá la venta ni la ingesta de alcohol u otras  sustancias que antes se consumían en el complejo.
“Lamentablemente, antes se conocía a esta fiesta como un espacio donde se podía hacer cualquier cosa sin control alguno y a cualquier hora, pero ahora, para recuperar el verdadero sentido y significado, hemos dado los espacios para las diferentes ventas con la condición de que no se comercialicen bebidas alcohólicas”, resaltó Calle.

Dijo haber organizado  operativos de control junto a la Unidad de Policía Comunitaria de la zona para evitar cualquier tipo de incidentes.

Añadió que este año -por primera vez- han decidido culminar toda actividad a las 23:00 durante los días que duren los festejos.

El ritual de iniciación se desarrolló ayer cerca de las 11:00, con la presencia de personas de la parroquia y gente nativa que en quichua oraba en honor al Sol y a la naturaleza. Al empezar la fiesta, se ofreció a los presentes frutas y agua bendita por el “astro rey” y la Pachamama.

Elección de la Ñusta

Hoy en la tarde se elegirá a la Ñusta (la reina de las comunidades) 2012-2013 y durante todo el día se presentarán danzas de  las comunidades e instituciones educativas de la parroquias.

En años anteriores el comercio era más activo en esta fiesta, pero ahora la gente no tiene el mismo interés. Ingapirca, el más grande complejo arqueológico y mejor conservado del Ecuador, está ubicado en la provincia del Cañar.

Su construcción combina el marrón cobrizo del adobe utilizado por la cultura cañari con el azulado de las piedras andesita verde traídas posteriormente por los incas. Fue edificado con millones de piedras labradas, a mediados del siglo XVIII.

Las ruinas de Ingapirca fueron un importante centro religioso, político, científico, militar y administrativo  y está conformado por un cementerio, observatorios solares, un templo, depósitos, aposentos de sacerdotes,  una plaza ceremonial y calles empedradas. 

En español este término significa “Pared del Inca”. El castillo conocido como “Templo del Sol” está asentado en lo alto de una colina y su construcción data de la época de Huayna Cápac.

Está conformado por aposentos, patios, bodegas, baños y está rodeado por muros de piedras que precisan el mayor acopio de datos arqueológicos.

Para los turistas que deseen acampar allí durante la celebración, existen sitios adecuados y guías que estarán permanentemente en el lugar para brindar información.

El costo de ingreso es $ 6 para extranjeros y $ 2 nacionales. Los estudiantes, niños mayores de 5 y menores de 12 años de edad, adultos mayores y discapacitados pagan el 50%. Siempre estarán acompañados por un guía turístico  que relatará la historia de las ruinas.