Desperdicios orgánicos dan fuentes de trabajo
Paute y Guachapala producen 1.900 quintales de abono
Cuenca.-
Ciudadanos de los cantones azuayos de Paute y Guachapala elaboran 1.900 quintales de abono orgánico mensualmente.
Diez familias son de la Asociación de Pequeños Productores Agropecuarios de Gullancay, perteneciente al cantón Guachapala, y 28 familias a la Asociación de Productores San Cristóbal del cantón Paute, ambas de la provincia de Azuay, que aprenden a elaborar bioles, emas y bocashi.
Juan Galarza, titular de la Dirección Provincial Agropecuaria del Azuay, manifestó que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) respalda a los productores para darles la capacitación suficiente y que puedan emprender la actividad.
Durante este proceso, las familias elaboraron 400 quintales de abono orgánico bocashi en Guachapala, y 1.500 en San Cristóbal, que servirán para fomentar la producción agroecológica en el cantón.
“La elaboración de abono orgánico se enmarca en la propuesta de obtener productos libres de pesticidas, limpios y de buena calidad”, dijo Galarza.
El bocashi es un proceso de fermentación natural de materiales orgánicos. De esta manera se obtienen los nutrientes orgánicos esenciales. Este proceso se realiza de manera controlada para evitar la putrefacción de sus componentes.
El abono orgánico se elabora con desperdicios vegetales y animales, y se lo usa en diferentes cultivos como hortalizas, frutales y tubérculos. Durante este proceso se autorregulan “agentes patogénicos” en la tierra, por medio de la inoculación biológica natural, principalmente de bacterias, actinomicetos, hongos, levaduras, entre otros, “los que enriquecen la calidad del bocashi, además de incorporar una base de materia orgánica enriquecida en nitrógeno, como es el excremento de origen animal”, acotó Galarza.
La elaboración y el uso de bocashi, como fertilizante, representan un bajo costo, además de ser amigable con el medio ambiente al evitar el uso de químicos y la erosión de los suelos para nuevos cultivos. (I)