Más de siete mil panes de pascua elaborados en diferentes figuras serán repartidos el lunes durante  el Pase del Niño Viajero.Del total de panecillos, cinco mil son hechos en hornos de leña y los restantes en los que funcionan a gas.

Luz Hortensia Barreto, Toya Crespo y Pilar Lozano son las representantes de la pastoral del Niño Viajero y se encargan de recolectar fondos realizando bingos. Lo recaudado se invierte para producir  los panes y en el pago a las bandas musicales.

Son cinco años consecutivos y por voluntad propia ayudan en los preparativos de la tradicional caminata.  

Barreto comentó que todo empezó a raíz que se mandó a realizar un vestido de niño en el Monasterio del Carmen y fue ahí donde ella con sus “comadres” se unieron para colaborar en la procesión. “Ayudamos a recolectar fondos en las velaciones que hacemos de la imagen”.   

El Pase del Niño Viajero es una de las tradiciones más arraigadas en el pueblo azuayo. No menos de 50 mil personas acompañan a la figura que recorre las calles de Cuenca desde las 9:00 hasta las 17:00.

En el trayecto, los panes son repartidos a las personas que llevan a sus hijos vestidos como pastores, danzantes u otras representaciones. Los encargados se ubican a lo largo de la calle Bolívar para atender a estos ciudadanos y dar gracias por el apoyo.  

Beatriz Torres, propietaria del Rincón del Pan, lleva más de 40 años en esta labor. Ella proviene de las “Panaderas del Vado” y es la encargada de elaborar los 5.000 panes por quinta ocasión. Además, trabaja con el grupo de la pastoral del Niño Viajero. El domingo anterior se empezó con la elaboración de varias figuras, como flores, gallinas, muñecas, coronas, etc.

Comienzan su jornada desde las tres de la mañana y terminan a la medianoche. En los tres primeros días ya tenían preparados 2.000 moldes. “Las figuras son las más demoradas por la elaboración del hilado o el cuerpo”.

Aproximadamente son 50 quintales de harina y 5.000 huevos que se utilizan. Se trabaja con seis personas, mientras unos meten al horno el pan, otros están amasando; cada 20 minutos  ingresan 200 panes, que es la capacidad que tiene el horno.

Todo el trabajo termina en diez días y se  entrega el 23 de diciembre, antes de la gran marcha. “No podemos comenzar más pronto porque el pan se endurece”, explicó Barreto.