Niños siguen trabajando en Cuenca y Azogues
Tras el operativo realizado antier en Cuenca por la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños y Adolescentes (Dinapen) para evitar el trabajo infantil en mercados, ayer se descubrió a otros chicos laborando en El Arenal y otros sitios.
En los mercados y parques de Cuenca y Azogues, muchos pequeños continúan vendiendo productos y otros lustran zapatos.
El número de menores que trabajan crece durante las vacaciones escolares de la región Sierra. Carmita Chamorro, de la fundación salesiana Paces, dijo que retirar a los chicos de los trabajos no es la solución para eliminar la pobreza.
“Lo más práctico es buscarlos dónde están, ver su realidad y evitar las consecuencias futuras”, afirmó.
Añadió que muchos de los niños y sus padres no ven como un trabajo a lo que hacen, sino como un aporte comunitario. “¿Cómo le podemos decir a los niños de Otavalo o de Saraguro que no laboren si ellos siempre lo han hecho? Incluso por asuntos de su propia cultura lo hacen...”, manifestó.
En Cuenca, la mayoría de menores se concentra en los mercados El Arenal, 10 de Agosto, 9 de Octubre y terminal terrestre. “Muchos llegan de cantones de la provincia, pero también de Otavalo, Saraguro y Riobamba”, indicó.
En cambio, para la secretaria del Concejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia, Catalina Mendoza, es importante que la Dinapen ponga una denuncia cuando encuentre niños en alto riesgo. “El mismo Ministerio de Relaciones Laborales ha identificado casos para servidumbre, pero tampoco hacen las denuncias respectivas”, expresó.
Para Mendoza, son acciones aisladas las que se realizan para erradicar el trabajo infantil. “Esa gestión no está anclada a un programa permanente que luego implique favores a ellos y a la familia”, sostuvo. El capitán Alex De Mora, jefe de la Dinapen, manifestó que se coordina con otras instituciones para organizar eventos en los que los niños y adolescentes ocupen su tiempo.
Piden caridad
Al igual que en la capital azuaya, en Azogues el trabajo infantil repunta en esta época. Los padres aprovechan el tiempo libre de sus hijos para enviarlos a parques, mercados, iglesias y avenidas a pedir caridad o también a vender chicles, caramelos, chupetes, entre otros productos.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) trabaja en coordinación con la Dinapen, el Ministerio de Relaciones Laborales y el Concejo Cantonal para evitar la presencia de los chicos en distintas labores.
Miriam Rodas, directora provincial de esa cartera de Estado, explicó que en lo que va del año se ha podido insertar a 560 niños en el sistema educativo. “En la institución existe un equipo técnico que labora todos los días en los diferentes cantones de la provincia, tanto en la zona urbana como rural, pero en estas fechas el problema se incrementa”, afirmó.
En el cantón Déleg, Fabián, un menor de 11 años, trabaja en estas vacaciones junto con su padre. Se levanta a las 08:00 e inmediatamente va al taller de mecánica industrial para cortar puertas. En los parques hay menores que venden caramelos. Otros salen en las noches para vender “espumilla” afuera de las iglesias.