Por: Paola Cando. Universidad Católica Cuenca.

La literatura, con el paso del tiempo, se renueva. Día a día hay nuevas tintas, nuevas voces que buscan difundir ideas, sentimientos, experiencias, los cuales se plasman en cuentos, poesías y novelas.

A pesar de que en la actualidad existen herramientas tecnológicas como las redes sociales, siempre se busca publicar usando medios tradicionales como libros y revistas, sin embargo, lograrlo resulta una verdadera odisea ya que comúnmente los escritores pagan a las editoriales, y al no poseer los recursos necesarios, se pierde la oportunidad de leer y conocer a grandes autores.

Lucía Moscoso, licenciada en Lengua Literatura y Lenguajes Audiovisuales, graduada en la Universidad Estatal de Cuenca y docente de varias instituciones educativas, un día decidió dar vida al proyecto Mecánica Giratoria, una editorial independiente que rompe los esquemas.

“Esto de pagar por publicar siempre me ha parecido ridículo, es como si un músico pagara por tocar o como si un arquitecto lo hiciera por dibujar sus planos. La cosa en una editorial independiente puede ser algo muy soñador si viene acompañado solo de esa respuesta. Una cosa es la ideología y otra la realidad cruda en la que nos desenvolvemos y precisamente para sobrevivir a ella, está la literatura”, señala.

Mecánica Giratoria cuenta con dos trabajos publicados y una antología poética de escritores latinoamericanos próxima a lanzarse. El trabajo es autogestionado y cuenta con la colaboración de los autores que buscan un medio tradicional para publicar.

Gracias al proyecto planteado por esta editorial, varios jóvenes han podido divulgar sus trabajos. Este es el caso de Juan David Acurio, quien ha colaborado con Mecánica Giratoria, primero en la antología poética Oniria Cía. Ltda., y después con una publicación compartida de cuentos llamada Aves extrañas y anónimas. Al inicio escribía desde la necesidad de decir un montón de cosas que estaban entre escondidas y reprimidas.

“Ahora me siento como el niño que cogió un cactus con las manos y que se saca de una en una las espinas, sin que duela tanto como ser exprimido como cualquier toalla mojada. Siempre fue más tierno que eso”, muchas de las veces buscamos un escape momentáneo, ya sea mental o físico; escribir resulta una alternativa simplemente fantástica”, dijo.

Las universidades también ofrecen, mediante encuentros de literatura, la oportunidad de publicar. El 28 de mayo de 2014 se lanzó una antología poética denominada Nuevas voces de la poesía cuencana, en la que participaron Romina Cevallos y Agustín Molina.

Para Romina, escribir resulta fundamental, su poesía mezcla lo clásico y lo contemporáneo. “Escribir es mi cruz y mi mayor bendición, es mi refugio y es el eje de mi ebriedad emocional, al terminar un texto puedo sentirme aliviada o simplemente confundida”.

Agustín Molina es un joven de 20 años que ha participado en varias antologías. “A los que escribimos; los soles y los planetas no nos quedan tan lejos, somos un poco aliados del silencio y la distancia. Escribir es una forma de estar conectado y desconectado, ser héroe y verdugo”, señala y agrega que los escritores adquieren una capacidad de abstracción única, conocen los más efímeros detalles de la vida en sí.

“El deber de la literatura consiste en hacer volar la imaginación, crear mundos, descubrir sentimientos, contar historias. Escribir es un arte milenario, base de toda sociedad establecida; para algunos es un escape, para otros un encierro. Se debe incentivar y dar a conocer estas historias todavía no contadas, que tal vez llegarían a revolucionar la vida”, indica Molina. (I)