En esta ciudad Los niveles de contaminación están por debajo de los límites establecidos
Los cuencanos vigilarán la calidad de su aire con una plataforma
Una nueva plataforma informática desarrollada entre la Empresa de Movilidad (EMOV) y la Universidad de Azuay permite a los cuencanos conocer en tiempo real la calidad del aire de la ciudad.
A través de un portal (www.emov.gob.ec) los ciudadanos consultan los niveles de cinco contaminantes atmosféricos: CO (monóxido de carbono), NO2 (dióxido de nitrógeno), O3 (ozono) y PM2.5 (material particulado 2,5 um).
La página web también proporciona de forma sencilla un índice general de la calidad del aire (IGCA), a través de una escala de 6 colores que va desde el verde hasta el rojo oscuro. Cada uno indica el rango de peligrosidad: bueno, moderado, poco saludable, dañino, muy dañino y peligroso.
Chester Sellers, docente investigador de la Universidad de Azuay, explica que esta información es recogida a través de la estación automática de vigilancia instalada en el Centro Histórico, cuyo rango de cobertura es de 4 kilómetros de radio, alcanzando al 90% de la ciudad.
“Estos datos los recogemos, los estandarizamos y los transformamos a un índice más comunicativo, el cual está homologado por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección del Medio Ambiente, entonces estamos cumpliendo con normativas sobre la calidad del aire”.
Desde 2008, Cuenca cuenta con la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire, que está conformada por la estación automática y otras 20 ubicadas en toda la ciudad.
Hasta el momento, según las autoridades, los niveles de contaminantes no superan los límites establecidos por la Norma Ecuatoriana de Calidad del Aire. Sellers explica que esto se debe a la dinámica atmosférica de la ciudad. “Hay bastantes vientos, vientos cruzados y la capa de mezcla (donde confluyen todos los contaminantes) que está sobre los 30 metros, por eso es que nunca pasamos los niveles altos”.
Sin embargo, en el último año se registró un aumento en la emisión de material particulado fino (MP10), que son pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, entre otras, dispersas en la atmósfera y que las personas no pueden ver.
De acuerdo con el último Informe de Calidad del Aire, en 2015 el promedio del MP10 fue de 39,9 µg/m³ (microgramo/metro cúbico), mayor a los promedios de 2011 hasta 2014.
Claudia Espinoza está a cargo de la red de vigilancia. Ella indica que este aumento se relaciona con las distintas obras civiles que se ejecutan en la ciudad, entre ellas el tranvía. “Tenemos un parque automotor de 100.000 vehículos que está rodando y como tenemos vías obstaculizadas por las obras, los carros generalmente van en primera y segunda, lo que ocasiona un mayor consumo de combustible y, a la vez, mayores emisiones a la atmósfera porque hay congestión vehicular, más quema de gasolina, mayor desgaste de llantas y todo ese particulado se emite al ambiente”, explicó la funcionaria.
La especialista resaltó que, frente a la contaminación ambiental, también es necesario considerar la parte atmosférica, debido a que cuando hay lluvias la contaminación disminuye.
Todos estos datos recogidos por la red, según Claudio Crespo, gerente encargado de la EMOV, permiten contar con información de calidad continua y generar políticas para mejorar el aire de la urbe.
Según Crespo, acciones como la revisión técnica vehicular, el control sorpresivo en las vías de la ciudad y el análisis de la calidad de combustible que se comercializa en la urbe son factores que han aportado para mejorar y mantener la calidad del aire. (I)