Los adultos mayores retornan a las aulas
Su filosofía está enrumbada hacia la mejora continua. A sus 69 años considera que aún tiene mucho por aprender y compartir con la gente.
Por eso, Luis Guapisaca, junto a 120 personas, decidió ser parte de la Universidad del Adulto Mayor, que inició su tercer ciclo el pasado lunes, en el Hogar Miguel León, ubicado en la calle Simón Bolívar, entre Coronel Talbot y Estévez de Toral. Hace 46 años había iniciado sus labores como ejecutivo de ventas.
Luis trabajó en esta área en cuatro empresas internacionales de Italia, Suecia, España y Chile (para este último país prestó sus servicios a una entidad bancaria).
Comenta que su especialidad en estos cargos era manejar la psicología, matemática y clínica en ventas, lo cual le permitía alcanzar éxito en sus jornadas hasta hace ocho años, cuando se jubiló.
Los estudiantes acuden a las aulas del Hogar Miguel León, cerca al parque de San Sebastián.Desde esa fecha, en la que dejó de persuadir a sus clientes, su ímpetu por seguir creciendo personalmente fue más fuerte que el cansancio provocado por la edad.
“Cuando leí el periódico me motivó poner en práctica que el hombre nunca lo sabe todo porque muchas cosas en la vida me han hecho falta. Doy gracias a Dios por darnos esta oportunidad para invertir bien el tiempo que nos queda, que por cierto creo que es bastante”, dice con optimismo el sexagenario que será parte del primer ciclo, mientras acomoda sus anteojos.
Manifestó sentirse preparado para empezar el período educativo. Entre semana deberá asistir dos veces para recibir clases de diversos temas, que están distribuidos en tres módulos: Buen Vivir, Gerontología y Comunicación Electrónica.
“A mí lo que más me llama la atención es la comunicación electrónica, porque con lo aprendido puedo comunicarme a través del Skype con mi hija (Fabiola Carvajal) que está en Australia desde hace 10 años”, manifiesta, por su parte, Lía Cabrera de 60 años.
Ella, en cambio, dice que estar en la institución le permite aprender sobre varios temas relacionados con la vida del adulto mayor, además de invertir productivamente el tiempo y evitar la depresión, causada por la soledad, pues vive sola a raíz de los compromisos adquiridos por sus cuatro hijos.
En otras ciudades
Este centro de educación es una idea impulsada por la Universidad de Cuenca, el Consejo Cantonal de la Salud, el Municipio, las Hermanas de la Caridad y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Patricio Luzuriaga, director ejecutivo del Consejo de Salud, aseguró que para los próximos meses se intentará masificar más esta idea para que más ancianos sean beneficiados con nuevos conocimientos.
Añadió que esta iniciativa se la ha presentado también en Quito y existe probabilidades de hacerlo en la ciudad de Portoviejo y el cantón Piñas, en la provincia del El oro.
Hasta la fecha, 400 personas han sido en Cuenca parte de estos aprendizajes. Para este nuevo ciclo iniciaron 68 más. Se prevé que en los próximos años crezca el interés de más personas por matricularse.