Aunque varias viviendas del sector de Los Trigales Altos, que se encontraban inhabitadas, ya han sido demolidas, aún existen estructuras en riesgo de caer. Esto preocupa a los moradores de la zona, ubicada al nororiente de Cuenca.

El mes anterior, la Municipalidad derrocó 22 casas, de las que únicamente quedaban paredes cuarteadas y techos destruidos. Su estado es producto de los deslizamientos ocurridos hace varios meses.

Las viviendas derrocadas pertenecían a las personas a las que el Cabildo, les entregó casas nuevas en el sector de Miraflores.

Las restantes son de propiedad privada.

“Estas moradas pertenecen a un proyecto de vivienda que se realizó entre 2000 al 2004, en Huizhil. Se entregaron las casas, pero con la ordenanza de ese entonces, no se realizaba la entrega de los predios a al Municipio, sino que quedaron en propiedad de los mismos dueños”, indicó Jaime Murillo, director de la Unidad de Gestión de Riesgos.

De ahí que siguen perteneciendo a las personas que fueron dueñas inicialmente y el Ayuntamiento no puede ingresar a una propiedad.

El funcionario acotó que las viviendas, de acuerdo a la ordenanza vigente, fueron declaradas como de alto peligro y por este motivo las destruyeron.

El objetivo de la demolición es que disminuya el peso en el terreno.

En la actualidad son pocas las familias que continúan viviendo en este sector que fue afectado desde hace más de 10 años por la inestabilidad del suelo.

Algunos habitantes indicaron que a pesar de haberse demolido unas cuantas, el problema continúa.

“Se destruyeron solo algunas, pero el riego sigue. Hay viviendas abandonadas y destruidas que siguen siendo un peligro”, dijo uno de los moradores.

Murillo expresó que se encuentran analizando una salida legal.

Además, indicó que intentarán realizar un nuevo acercamiento con los propietarios.

“Vamos a conversar personalmente con ellos y esperemos que haya la opción de que puedan ayudarnos entregándonos las autorizaciones para nosotros proceder con las demoliciones restantes”, puntualizó.

No duermen en paz

Los moradores aseguraron que la inestabilidad del suelo no los deja dormir tranquilos, especialmente cuando hay lluvias.

Del mismo modo, mencionaron que a esto se sumaron otros problemas como los espacios abandonados que se convirtieron en guaridas para las personas que van a consumir licor y para los roedores.

La ciudadela Los Trigales está dividida en dos zonas: los Trigales Altos y Bajos.

La primera contaba con alrededor de 100 viviendas y la otra con cerca de 400.

Los daños por la desestabilización de los terrenos se presentaron principalmente en la parte alta, en donde según el antiguo presidente del barrio, Celso Alvarado, varias casas fueron abandonadas por esta situación.