Llegan las vacaciones y llega también el tiempo de las cometas y de buscar espacios para lanzarlas al aire. En las calles, en los mercados y en los parques se venden estos pequeños aparatos de papel o plástico que son fabricados artesanalmente y cuyos precios varían de acuerdo con su tamaño y diseño.

Los parques Miraflores, El Paraíso o el Parque de la Madre son los más frecuentados por los cuencanos para elevar las cometas, que en muchos casos alcanzan alturas entre 70 y 80 metros, según refieren los fabricantes, pero también hay otras que alcanzan alto vuelo y que se “pierden en el horizonte”.

La modernización también ha llegado para estos artefactos. Antes, según Jorge Pesántez, vendedor de cometas, estas se hacían con duda (material parecido al carrizo), papel de seda, engrudo (goma) y mucha paciencia; pero ahora, las cometas llegan incluso desde China y son comercializadas en la ciudad a precios populares. “Queda la nostalgia de las cometas que se hacían antes, incluso ahora las llamadas ‘chasqueras’ casi han dejado de existir”, dijo el hombre, y mencionó también que las cometas artesanales son las más buscadas y que las traídas del exterior les han quitado trabajo.

Volar cometas no tiene distinción de edad, tampoco de condición social. Personas de todas las edades y estratos económicos buscan espacios abiertos para lanzarlas al aire. Los ciudadanos prefieren las últimas semanas del mes de julio y todo agosto para realizar esta actividad, ya que en estas fechas los vientos en las zonas australes se presentan con mayor fuerza.

Una cometa gigante despega

En este entorno, ver una cometa de 5,70 metros de largo por 5,75 de ancho es poco usual. Pedro Peralta, un día recogió una carpa usada y junto con sus amigos emprendió el trabajo de confección de una cometa distinta a las que normalmente se venden o se exhiben.

“Hacerla nos tomó aproximadamente 5 horas. Esta tiene la forma de un águila”, contó el ciudadano, que llegó al parque El Paraíso para elevar su cometa en un evento realizado por la empresa Jardín Azuayo. Según Peralta, la cometa es la más grande que hay en el Ecuador, pero también la más pesada y hasta un tanto peligrosa, ya que al tomar altura puede levantar a una persona, “un día me elevó hasta 4 metros, tuve que soltarme para no ser arrastrado”, dijo el propietario.

Esta cometa, como señalamos, está hecha con tela de una carpa; armazón de metal, para darle fuerza, y con hilo nylon, lo suficientemente fuerte para sostenerla. “Para que vuele necesitamos un espacio amplio y además vientos fuertes”, indicó Peralta. El constructor señala que su confección data del 2009 y con ella ha ganado varios premios en Cuenca.

“Es la primera vez que veo una cometa tan grande”, dijo Mario Quezada, ciudadano que compartía con su familia el festival de cometas y que también tenía en sus manos una de ellas, pero muy pequeñita, “imagínese, de esa cometa deben salir por lo menos unas 50 pequeñas”, señaló en medio de sonrisas.

Según su constructor, la cometa gigante ha alcanzado entre 30 y 40 m de altura, hazaña que logró en el sector de Miraflores, el año anterior, pero en la playa la altura supera los 80 m y es necesario sostenerle hasta entre 4 personas. (I)