“En Cuenca casi todos nos conocemos”. Con esa frase, el ciudadano Fernando Quezada, explicó que en la urbe existen parentescos y lazos de amistad muy compactos, lo cual ha permitido consolidar las relaciones y respeto entre sí.

Eso también ayuda, según su criterio, a que los habitantes cada vez estén más cercanos.

Esta opinión fue corroborada por miembros de la Policía Nacional, quienes además indicaron que hoy la seguridad se ha fortalecido por la confianza que los cuencanos tienen en la institución.

Las autoridades sostienen que reciben apoyo de la comunidad en el trabajo preventivo. “Ahora en los barrios tenemos el chat comunitario, asambleas permanentes con los vecinos o encargos de viviendas. Esto ayuda a que el Policía llegue más al ciudadano”, indicaron los uniformados.

A esto se agrega que en el cantón, el ECU-911 instaló 223 cámaras de video vigilancia, las mismas que son monitoreadas las 24 horas. En varias ocasiones estos dispositivos han servido para dar con delincuentes que llegan a la ciudad y cometen hechos violentos.

A esta labor se agrega la presencia de más de un centenar de guardias ciudadanos, los cuales patrullan las calles y colaboran con la Policía Nacional. “Cuenca es una ciudad sitiada, pero en el buen sentido de la palabra, por cámaras de seguridad”, dijo  Francisco Peralta, cuando fue consultado si se siente o no seguro en las plazas y avenidas.

Para el gobernador del Azuay, Cristóbal Lloret, el trabajo que realiza la Policía tiene como objetivo erradicar los hechos violentos y convertir a las diferentes zonas en lugares más frecuentados por los ciudadanos. Sostuvo que existe una coordinación entre las diferentes instituciones con el apoyo del Ministerio de Interior.

Para el representante del Ejecutivo, las estadísticas de muertes violentas son más bajas que el año anterior. Puso como ejemplo que por cada cien mil habitantes se registran 3 fallecimientos en la capital azuaya. La media nacional está en 6 muertes violentas por cada cien mil pobladores. “Esto se debe al esfuerzo que realizan instituciones como la Gobernación, Policía y el Ministerio del Interior”, indicó.

David Naccari, oriundo de Nueva Orleans y residente desde hace tres años, afirmó que en comparación con su ciudad de origen, la urbe es muy segura. “Hace menos de dos semanas, la policía de mi lugar natal reportó 12 asaltos a mano armada y robos de vehículos en menos de 24 horas, a veces con heridas brutales para las víctimas, lo que no sucede en Cuenca y por eso me alegro de  vivir acá”, indicó el estadounidense. Naccari también cree que los lazos familiares han hecho que Cuenca sea un lugar seguro.  

El Consejo de Seguridad Ciudadana (CSC) también aporta. Es así que instaló 13 cámaras en 5 parques y declaró dos zonas seguras. “Somos entes de coordinación y articulación. Aquí se reúnen varias instituciones. Nuestro objetivo es tener comunidades seguras y preparadas, pero de una manera integral”, expresó su director Rómulo Montalvo.

Agregó que los barrios cuentan con sistemas de alarmas comunitarias creadas por el Concejo. “Tenemos operadores propios en el ECU-911 con monitores y pantallas propias”, precisó. (I)

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Múltiples premios para la ciudad

Extranjeros se quedaron por la tranquilidad

Tras la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999, la ciudad empezó a acumular reconocimientos, nacionales e internacionales.

En 2014, la capital azuaya fue reconocida como la número 1 en “Mejores Ciudades del Futuro”. La Plaza de las Flores es “El Mejor Mercado de Flores al aire libre en el mundo”, según la National Geographic. Además se destaca como “Mejor Destino de Aventura”, por parte de la revista Outside Travel Awards.

La urbe tiene otros premios no solo en materia de seguridad, sino también en lo turístico.

Del mismo modo está en la categoría de Ciudad Saludable, por la baja contaminación; Ciudad Universitaria, por contar con 4 centros de educación superior, entre otros.

Todas estas nominaciones viabilizaron a que se convierta en destino de jubilados extranjeros. En la Atenas del Ecuador viven no menos de 4.500 norteamericanos, los cuales de a poco se adaptaron al trajín local.

Sin embargo, aún quedan sectores donde hay problemas como: la Terminal Terrestre, plaza La Merced, mercado 9 de Octubre y el barrio Cayambe. Disminuir el tráfico y consumo de drogas es un reto para la Policía y autoridades.

El gobernador de la provincia, sin dar cifras, afirma que la venta de estupefacientes es combatida por los agentes del orden. Destacó los continuos operativos y los decomisos de las últimas semanas. (I)