Lojanos y ciudadanos de otras provincias llegan a la parroquia de El Cisne,  para vender diferentes productos especialmente frutas.

Las naranjas, mandarinas y sandías son las preferidas de los caminantes, mientras avanzan hasta la basílica a cumplir con la promesa de visitar a la Virgen.

A 5km antes de arribar al Santuario ya se encuentran los vendedores a los costados de la vía. Ellos ofrecen de todo a los carros que circulan y su ingenio les hace promocionar hasta el “agua de los milagros”. 

El líquido que brota de una peña  es recogido en botellas que luego las comercializan en $ 1 a los  cientos de peregrinos.

“Llevo el agua para ver si me curo de un dolor que tengo en mis piernas y también para bendecir mi casa”, dijo Carmen Suquilanda quien compró dos envases.

Según la historia hace más de dos siglos una persona del Perú que tenía tuberculosis y caminaba hacia El Cisne,  sintió sus fuerzas desfallecer por la sed que sintió, ante ello pidió a la “Churonita” que le permita llegar hasta su santuario y de repente emergió agua de la montaña seca, lo cual hizo posible que continuara su peregrinación.
Desde entonces la gente al pasar por este sector ubicado entre San Pedro de la Bendita y El Cisne se detienen para llevar el agua.

A pesar de ser una pequeña parroquia con 1.632 habitantes, no solo acuden personas de Ecuador sino de Perú y Colombia, para venerar la imagen de la Virgen María, que apareció el 12 de octubre de 1594. Ellos dinamizan la economía de los lugareños que aprovechan esta fecha para buscar ingresos a sus hogares.

A pesar del frío, los peregrinos no dejan de caminar en busca de un milagro. Para enfrentar los 7 y 10 grados centígrados de temperatura los vendedores ofertan bufandas, chompas de lana, guantes, gorras y más prendas que abriguen a los visitantes que especialmente en horas de la noche.

La mayoría de los cisneños se organizan para trabajar y por ello existen  tres asociaciones: una dedicada a la venta de velas, otra al expendio de artículos religiosos y también de las personas que comercializan horchatas.

El transporte es otro de los  beneficiados de los miles de romeriantes que llegan. Desde el Valle Verde (Catamayo) hasta El Cisne hay que tomar una camioneta para trasladarse. Cerca de 40 minutos dura el viaje y cuesta $ 15.

Mientras tanto, hoy como todos los años en Puerto Bolívar se realizará la procesión naútica en honor a la Virgen.
Con la imagen de la virgen los feligreses, recorrerán el estero Huaylá, luego por el canal de Jambelí, hasta la isla del amor de Puerto Bolívar. Concluido este acto, desembarcarán en el muelle de cabotaje, donde se oficiará una misa campal.

Luz María de la Cruz, catequista en Puerto Bolívar y una de las mentalizadora del evento, contó que hace 15 años vienen realizando este tipo de procesiones en honor a la virgen de El Cisne.