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Ecuador, 12 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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Movimientos Obreros en el austro (1900-1960): testimonios

La Asociación de Joyeros del Azuay, del fútbol a la lucha social

Los joyeros de Cuenca y del Azuay han tenido gran presencia y sus obras han sido de gran reconocimiento a nivel nacional e internacionalmente. Foto: Fernando Machado/ El Telegrafo
Los joyeros de Cuenca y del Azuay han tenido gran presencia y sus obras han sido de gran reconocimiento a nivel nacional e internacionalmente. Foto: Fernando Machado/ El Telegrafo
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Una doble y distinta mirada nos permite acercarnos al complejo tema de los orígenes de la ciudadanía. Por un lado están quienes investigaron y escribieron para dejar un testimonio de las agrupaciones en el Azuay en sus orígenes con su arduo trabajo de recolección y por otro, quienes desde su testimonio nos dejan ver un lado humano y a veces distante para quienes observamos de fuera.

Nos aproximamos a la importancia de los artesanos en el Azuay, y a la fundación de una de las más importantes organizaciones que se mantienen hasta la actualidad, renovando su compromiso y que ha podido romper con el rótulo invisible de una asociación sin mayor trascendencia: La Asociación de Joyeros del Azuay.

El letrero con las banderas de Italia y Alemania en la Asociación de Joyeros era la carta de presentación de una asociación de artesanos adaptados al presente, con todo lo que ello implica. Ahí nos atendió el presidente, Ernesto Peña, nieto de uno de los fundadores. Peña nos comenta que se trata de una organización fundada el 12 de diciembre de 1945. Su abuelo, junto con otros orfebres cuencanos (Mario Vanegas, Juan Machado, Gonzalo Merchán, Luis Balarezo, Miguel Tello, entre otros) iban tras un sueño, pero no social, sino deportivo.

Peña habla con orgullo sobre la Asociación: “[Esta] surge con el anhelo de formar un equipo de fútbol, justamente de mi abuelo, Antonio Peña Bernal, y otros joyeros del Azuay, pero luego se asociaron con otros fines”. Por supuesto, el edificio donado por su abuelo no es el mismo pues ha tenido mejoras a lo largo del tiempo, debido a la gestión de sus presidentes, incluido nuestro entrevistado.

Peña cuenta que “el salón de recepciones es para 200 o 250 personas y sirve para agasajos a los socios; tenemos un taller equipado con tecnología de punta, resultado de autogestión y apoyo de los gobiernos alemán e italiano”.

Ernesto Peña,  presidente de los joyeros La Asociación de Joyeros del Azuay fue fundada el 12 de diciembre de 1945

Lo del fútbol aquí es trascendental, a veces imaginamos que la lucha significa solo comida, salario, horas de trabajo, pero también implica, para ellos, otros beneficios, eso de las “mejores condiciones”, recuperar quizá lo que se mantiene en los campos y que se apaga en las ciudades: la fiesta y el agasajo, estándares válidos de nivel de vida.

Tienen razón y no sería descabellado pensar en un estudio sobre los hechos que hemos tomado por nimios y que han sido y son verdaderos motores, mucho se lamenta que organizaciones hayan quedado solo con un papel para los entierros de los socios y algún paseo deportivo, o misa; sin embargo, quizá debamos replantearnos su importancia, pues, mientras desde la academia o las ideologías nos ‘devanamos los sesos’, ellos nos hablan de la elección de la reina que se retomó y cosas realmente significativas como esta: “hoy en día seguimos participando en las jornadas deportivas de la organización de artesanos profesionales del Azuay y nuestro equipo ya varios años ha sacado los campeonatos en la sénior y en la junior…”.

Seguramente la acalorada discusión de 1945 pasó del nombre del equipo o el uniforme, si debían llamar a tal o cual jugador a proyectarse en otros fines y a dar vida jurídica a la institución.

Su patrona es la Virgen Dolorosa, cada 12 de diciembre se organizan la misa y sesión solemne, un homenaje a quienes se jubilan, un reconocimiento a los socios distinguidos y la elección de la reina: “Diciembre para nosotros es un mes de fiesta”.

¿Cuáles son sus objetivos?

“Capacitar a los socios, agruparlos con fines comunes, generar vida social entre los socios, la elección de la reina, agasajo a los niños, estar pendientes de las iniciativas del Mipro, del Ministerio Relaciones Laborales y del SRI para informar a los socios, pues se ha puesto difícil porque ya no se obliga al carnet profesional”.

Todos esos objetivos, así, en un mismo plano, en una organización “sin fines políticos… pues la finalidad es estar bien con todos, no ir por ningún partido, tener buenas relaciones con quien llegue al poder” es lo que más o menos indican sus estatutos generales.

Cuando Peña es consultado por más datos de su historia, resalta su Dolorosa, un cuadro que es parte de su memoria y de las anécdotas. Con este tenían la costumbre de hacer velaciones y la imagen rotaba por las casas de los miembros. Años atrás, recuerda, se prendió fuego la casa de un joyero en la que estaba la imagen, pero a esta no le pasó nada. “Siempre que se limpia nos damos cuenta de que en la parte posterior tiene huellas del incendio, pero no le afectó”.

Los socios fundadores, donaron piedras preciosas o trabajo, por eso es portadora de un tesoro “una corona hecha a mano por los orfebres que se coloca en la imagen con tornillos de oro, está en una bóveda, este año sí le exhibimos en la fiesta”.

Aparte de la casa no tienen otros bienes, a diferencia de otras organizaciones que hablan de ellos con recelo por miedo a que sean expropiados. Los socios de Santa Isabel, Girón, Chordeleg, Gualaceo y otras parroquias que antes tenían una mayor presencia en la asociación hoy están justificados de no ir a las reuniones por la distancia; por tanto, no participan activamente, los tiempos han cambiado.

Los puntos de vista para analizar el movimiento obrero han sido muy diversos, desde la izquierda o la derecha, pero merecen un estudio menos apasionado y más objetivo, como los estudios de Maiguashca, Bustos, North, etc. Es importante repensar la historia (“no es lo mismo que re-escribirla” nos recuerda Manuel Carrasco V.); lo que era y es necesario aún es poder hacerlo alejados de los puntos de poder. Nuestra provincia aparece como tema ineludible en la historia nacional pero no ha sido tratada, con la profundidad que merece quedando muchas veces enmarcada en conceptos errados, como una provincia comodín para Guayaquil y Quito, olvidando características y aportes propios de una región. (O)

Los artesanos y su importancia en la provincia

La lucha social es inherente al ser humano. Si bien el gran marco teórico marxista la divide en precapitalista y capitalista, y a grandes empujones hemos entrado en la segunda fase, con realidades distintas, sin las monstruosas fábricas inglesas o de las grandes ciudades del mundo, pero sí con explotaciones también reales y una sociedad jerarquizada que despreciaba a ciertos oficios y ciertos grupos humanos, especialmente a los indígenas, cuya lucha contra el poder se ve reflejada desde tiempos coloniales. Se llegó a una importante organización en la década de 1930 que exigía la legalización de las tierras y territorios.

Al tiempo que se esperaba al Mesías transfigurado en la clase obrera, los artesanos estuvieron en pie de lucha.

El mismo Patricio Icaza reconoce que: La germinal clase obrera ecuatoriana, abrumadoramente semiartesanal por su número, surge a finales del siglo pasado y comienzos del presente. Su origen más remoto lo podemos situar en los obrajes coloniales, ejes de la economía de la Real Audiencia de Quito durante el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII (Ycaza, 1991).

Las organizaciones artesanales, en forma de mutualidades, aparecen desde 1875. Se puede contabilizar más de una decena fácilmente antes de 1910 en Ecuador, sin embargo, los artesanos estuvieron organizados con o sin personería jurídica y tuvieron y tienen un peso importante en nuestra provincia. (O)

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