Cincuenta personas privadas de la libertad, en Azogues, pusieron a la venta monigotes elaborados por ellos desde octubre.

Washington Pesántez, director del Centro de Rehabilitación Social de Varones, indicó que se dotó de materiales a los detenidos para sus trabajos, a través de donaciones de las diversas instituciones, tanto públicas como privadas, entre ellos: cartón, papel y madera.

Esto les alcanzó para confeccionar 500 monigotes.

El centro por más de 15 años ha aportado con maquinaria, pues cuenta con talleres, lo que ayuda para la perfección de esta habilidad innata en cada uno de los internos.

Los aprehendidos únicamente hicieron gastos en la pintura.

“Es un costo mínimo que se tiene que invertir” señaló Pesántez.

Los precios de cada uno están entre los 10 y 30 dólares, todo depende del tamaño y de las imágenes de los personajes.

Todo lo que se logre obtener va destinado a cada una de las familias de los internos.

Según el titular del Centro de Detención existen comerciantes de la ciudad de Cuenca que acuden a las instalaciones para la compra de muñecos.

“Son los mayoristas que vienen de todos lados”, expresó.

Édgar M., quien se encontraba en uno de los talleres dando los últimos toques a una figura, dijo que contrató a dos de sus compañeros de celda para que le ayudasen a fabricar 30 monigotes.

Expresó que este año ha disminuido la cantidad, pues recuerda que antes elaboraba entre 50 y 60 unidades.

Recordó que en años anteriores no se contó con el mismo grupo de trabajo, pues hay internos que cumplieron su pena y otros que se dedican a la realización de otras artesanías, como la elaboración de muebles.

“Ya no se pudo hacer más porque no hay gente”, añadió.

En cuanto al tiempo de trabajo, Édgar explicó que le toma un día hacer un muñeco de tamaño grande, mientras que uno pequeño lo hace en medio día.

“No es que todos los días hacemos esto, también nos mantenemos ocupados en otras actividades” añadió.

Este año el grupo ha preferido realizar personajes simples como hombres, mujeres y personajes de dibujos animados de niños.

Sus compradores son las cooperativas, instituciones públicas, privadas, la Empresa Eléctrica y otras, dijo el interno.

Por otro lado, Juan G., quien este año fabricó 25 monigotes, prefirió realizar personajes simples conjuntamente con dos de sus amigos y dijo que los venden a 15 dólares.

Calles llenas de muñecos
Los comerciantes emplean toda su habilidad para ofrecer las figuras que son del agrado de personas de distintas edades y, aprovechando la fecha agregan unos dólares a sus ingresos anuales.

Olga Sarmiento, por ejemplo, es una ciudadana de la tercera edad (no precisa los años) que junto a tres de sus nietos ha montado una carpa, ubicada en la avenida Primero de Mayo, para exponer 130 figuras de distintos tamaños.

“Tengo tres precios: el más pequeño $8, el mediano 15 y el más grande 25”.

La cuencana asegura que esta es una buena oportunidad para sumar nuevos réditos económicos, pues la gente en estas épocas quiere despedir el año en familia y quemando, en su mayoría, los malos recuerdos.

Acota que ella no fabrica los “viejos” sino que tuvo que viajar hacia Guayaquil para comprarlos y poder revenderlos en la ciudad.

“El más pedido por el momento es el ‘Chavo del Ocho’. Desde el martes que estoy aquí he vendido unos ocho muñecos”, acota.

De igual forma, en otras avenidas varios comerciantes ofertan personajes infantiles o de televisión para la noche del 31.