Guardia ciudadana pondrá especial atención al turismo
Se avizoran cambios en la labor que cumple la guardia ciudadana en la capital azuaya. Los cuestionamientos de la ciudadanía son diarios: creen que estos elementos deben cumplir otras obligaciones, como proteger a los ciudadanos y no solamente perseguir a los pequeños comerciantes que se apostan cerca de los centros de abastos.
Carmen Loja, vendedora del mercado 9 de Octubre, se queja de que los celadores la agreden y le retiran sus productos. “Somos maltratadas y perseguidas solo porque venimos a trabajar”, denunció.
Pero las amas de casa de Cuenca también critican a estos elementos. “Ellos no dan atención cuando queremos que nos ayuden contra los delincuentes, solo están para asustar a los vendedores”, indicó Zoila Fajardo mientras compraba dulces en el parque Calderón.
Otros ciudadanos consideran que los custodios deben formar parte de la seguridad en sitios conflictivos. Son 54 las personas que cumplen estas funciones y están destinadas a proteger el centro histórico y, sobre todo, a mantener alejados a los vendedores ambulantes.
En los mercados también tienen funciones similares a las que deben cumplirse en eventos masivos, donde ayudan a cuidar el orden y que personas con aspecto sospechoso no se acerquen durante las aglomeraciones.
En medio de todas estas observaciones se anuncian cambios en las labores que cumple este grupo. “Se modernizarán de ahora en adelante”, según confirmó su director, Édison Moscoso.
El primer paso es la creación de una guardia ciudadana especializada y que se denominará Unidad de Turismo. Un grupo de ellos comenzó su trabajo en la ciudad esta semana y está conformado por cinco elementos que hablan fluidamente el inglés.
Estas personas -algunos de ellos profesionales- se enrolaron para trabajar promocionando el turismo y guiando a los extranjeros que requieren conocer los sitios, calles o lugares turísticos de la ciudad.
En Cuenca residen más de 4.400 estadounidenses, pero además llegan ciudadanos de otras nacionalidades durante todo el año. “Este era un paso importante para que comience a cambiar la imagen de esta institución, que por algunas circustancias quedó relegada”, dijo el concejal Jaime Moreno.
Agregó que ahora la ciudadanía también debe aportar para el trabajo de estas personas. El edil considera que los directivos de esta entidad deben proponer líneas de trabajo al Concejo Cantonal para enmarcarse dentro de las ordenanzas en beneficio de toda la ciudadanía. “Todo lo que vaya en beneficio de Cuenca apoyaremos”, sostuvo.
Felipe Muñoz es uno de los guardias que ejerce esta función. Él trabajó 10 años en los Estados Unidos, como muchos de los cuencanos que emigraron hacia ese país. Tras su regreso envió su carpeta y fue seleccionado. “Estoy contento, porque se trabaja con los extranjeros y ellos están sorprendidos al ver que nosotros estamos para guiarlos y que les hablamos en el mismo idioma (inglés)”, resaltó.
Este grupo de la Unidad de Turismo tiene como distintivo su uniforme azul con una franja verde en los brazos. Además están con un radio de comunicación, un tolete y un pito.
Los guardias acompañan a los extranjeros a las zonas un poco conflictivas, pero además les instruyen para que tengan cuidado con sus pertenencias, para evitar que sean víctimas de los delincuentes.
Entre ellos hay personas que vivieron en Estados Unidos e Inglaterra y otros que estudiaron en la universidad y que hoy se convierten, a más de protectores, en guías de los visitantes.
Según su director, la guardia ciudadana no cuenta con un presupuesto municipal exclusivo para su trabajo. “Tenemos que hacer autogestión con las entidades privadas”, manifestó el funcionario.
Los guardias ahora disponen de chalecos antibalas para trabajar en sectores peligrosos, como el mercado 9 de Octubre, Feria Libre, Terminal Terrestre y otros lugares donde con frecuencia se presentan hechos de violencia ocasionados por personas que regularmente no son oriundas de Cuenca.