En San Isidro, los habitantes temen caída de las casas
A pesar de que ya son 12 años de vivir con el fantasma de los deslizamientos, varias familias del barrio San Isidro, perteneciente a la parroquia Turi, aún siguen con problemas a causa del invierno.
Son aproximadamente 20 viviendas que han sufrido daños. Unas con trizaduras, otras con desnivel pronunciado y algunas casas de madera que también sufren deterioro por el movimiento de la tierra. Estas últimas no tienen la autorización de construir con materiales pesados debido a que según las autoridades, es peligroso.
Los vecinos piden que se tomen algunas medidas para evitar desastres que afecten aún más. Carmen Cajamarca, perjudicada hace más de una década por el derrumbe de su morada, atribuyó el hecho a la construcción de la autopista. Ella manifestó que en aquellos años les brindaron ayuda y fueron evacuados al sector de Huizuil, en la parroquia de Baños, donde se construyeron viviendas gracias al alcalde de ese entonces, Fernando Cordero, pero en el caso de su familia no recibió ayuda, por lo que tuvo que reconstruir su vivienda nuevamente en el propio sitio: “se debía dar atención a todos los del barrio y no a los escogidos”, expresó indignada.
Al ingresar a su casa hay un desnivel al que su familia, conformada por 12 miembros, ya está acostumbrada, aunque teme que en algún momento la vivienda se vire, pues hasta ahora se sigue moviendo y más aún con las lluvias. “La otra casa le contiene, así vivimos; ojalá no pase nada” dijo.
Por otro lado, Zoila Carchi, quien vive desde hace 32 años en este barrio, coincide en que toda esta tragedia fue a causa de la construcción de la vía. Ella tiene una pequeña vivienda de madera ya que su casa se derrumbó en su totalidad, por lo que tuvo que construir una de tablas por falta de dinero.
Doña Zoila tiene el temor de quedarse sin su techo, ya que atrás de su vivienda se encuentra una casa trizada que puede virarse en cualquier momento sobre la suya. “Al mes que se abrió la autopista, esto hace 12 años, pasó todo esto”, señaló.
Asimismo, comentó que toda la comunidad se reunió para pedir ayuda a las autoridades y durante siete años tuvieron que realizar los trámites correspondientes, donde pocas familias fueron beneficiadas con nuevas edificaciones. Carchi también perdió su único sustento, que eran los invernaderos que construyó junto a 10 mujeres, pero todo se destruyó.
Actualmente los moradores de este sector están preparados con materiales para evitar que las lluvias de este invierno ingresen a sus casas. En la actualidad el barrio tiene un problema porque se compró un espacio de área verde y el dueño de esta propiedad está rellenando toda la quebrada de la autopista con materiales, lo que impide que el agua baje con normalidad, afectando así a todas las viviendas del sector. Carmen Chillogallo perdió su casa y ahora se encuentra viviendo en la de su hija.