El microtráfico en Azuay es uno de los problemas que preocupan a la Policía Nacional y a otras autoridades.

Los alrededores de los establecimientos educativos son frecuentados por grupos de vendedores de estupefacientes, igual que el sector de La Merced. En estos sitios, los agentes del orden tratan de frenar este negocio ilícito valiéndose de redadas que se realizan constantemente.

Según estadísticas de la Jefatura de Antinarcóticos, en el primer semestre de este año se incautaron un total de 50.283,2 gramos de droga.

De ellos 8.235,7 gr son de cocaína, 2.705,5 gr de heroína y 39.342 gr de marihuana.

Solo en la primera semana de julio, se logró la aprehensión de 405,6 gr de sustancias ilegales en la provincia.

“Para decomisar esas cantidades, es necesario que los agentes conozcan las zonas donde comercializan droga. La Jefatura de Antinarcóticos de esta provincia cuenta con la línea telefónica 126, para que las personas que conozcan o sepan de actividades ilegales en sus barrios o sean testigos de la venta de sustancias ilícitas, denuncien o informen a la Policía, sin temor a que su identidad sea revelada”, dijo un informe de la Jefatura.

Después de conocer la denuncia, los uniformados realizan vigilancia constante en la zona.

En caso de ser necesario, inmediatamente intervienen cuando los sospechosos están en la venta y así se los detiene en delito flagrante.

Uno de los sectores en los que hay más control por la presencia de microtraficantes es el Centro Histórico.

Además, existen otros lugares cerca del casco urbano, que también son vigilados por el Servicio Urbano.

La Merced, barrio Cayambe (Zona de Tolerancia), Calle Larga (Todos Santos) y Barrial Blanco son las zonas de mayor presencia de expendedores de estupefacientes.

En los informes diarios que entregan los policías, mencionan que las calles más transitadas por los agentes y donde realizan las requisas a los sospechosos son: la avenida Honorato Vásquez, la Mariano Cueva, la Hermano Miguel, el Paseo Cayambe, El Chorro y la González Suárez.

“La finalidad es evitar la comercialización de alucinógenos e incautar la cantidad necesaria para superar lo decomisado en 2013 que en total sumó 1/4 de tonelada. Con ello garantizamos que los operativos o controles permanentes arrojen los resultados anhelados”, finalizó el informe.