En Cuenca, el “bullying” es cada vez más precoz
De acuerdo a estudios presentados por la Facultad de Sicología de la Universidad de Cuenca, el año anterior, en la ciudad se evidenció que el 6,4% de estudiantes sufren acoso estudiantil, también conocido como bullying. El análisis se lo hizo en niños de 6 a 12 años.
Sin embargo, Miriam Ordóñez, investigadora del proyecto, indicó que también se han observado conductas de agresión e intimidación en los más pequeños.
Esta información, surge a partir de un estudio teórico, sobre acoso escolar en menores de 3 a 4 años, realizado por una estudiante de esta facultad.
Ordóñez explicó que desde esta edad un pequeño ya comienza a identificar conductas de indecisión y localiza a una víctima. “A veces uno mantiene un pensamiento errado. Se dice que porque son pequeños no pueden ser víctimas o agresores, pero en los kínders uno ve a menores que molestan a otros niños”, remarcó.
Añadió que la agresión en los primeros años es generalmente física, a diferencia de los adolescentes, donde predomina el acoso verbal.
Según Ordóñez, los motivos que convierten a un menor en víctima o agresor dependen de varios factores, empero recordó que dentro del ámbito familiar existe la sobreprotección.
Explicó que cuando los padres tienen esa conducta con sus hijos, no les permiten desarrollar una serie de habilidades, socioemocionales y comunicacionales para relacionarse e integrarse con los demás.
Por otra parte, sostuvo que la sobreprotección también genera a un niño agresor.
Esto, aseguró, ocurre cuando los progenitores no ponen límites, normas o reglas coherentes para relacionarse con los demás. “Y como a esa edad no tienen autolímites, entonces pueden tranquilamente convertir su agresividad que es normal en los seres humanos en conductas de agresión intencionadas”, relató.
Para Blanche Shephard, directora del proyecto, hoy en día la sobreprotección también se da desde el mismo Estado. “No hay cómo normarlo, eso pasa porque de acuerdo a los derechos de los niños no se los puede estigmatizar”, acotó.
Por ello, consideró que lo correcto sería la existencia de una ley anti-bullying, donde se especifiquen las resposabilidades de los diferentes actores del acoso. Desde el ámbito familiar cree necesario generar procesos de sensibilización y concienciación en los padres.
Por ello, plantea para inicios del próximo año contextualizar una serie de estrategias psicosociales, emocionales, comunicacionales y normas anti-bullying, en dos escuelas de la urbe donde hay mayor incidencia de acosos. En la primera fase se espera disminuir en un 30% el acoso. "De tal manera que dependiendo de los resultados que se obtengan, la comunidad cuencana y el país contarán con estrategías viables que podrán utilizar en otras instituciones acerca del bullying”, apuntó Ordóñez.
Campaña oficial
El gobernador del Azuay, Humberto Cordero, indicó que esta campaña es una propuesta de jóvenes para jóvenes. Agregó que se busca generar políticas de acción para erradicar el acoso en las intituciones educativas de la ciudad.
Aseveró que para esto se coordina y labora con otras entidades, para capacitar a profesores, estudiantes y padres de familia acerca de las consecuencias que genera el acoso estudiantil.
Olga Ruiz, responsable de Consejería Estudiantil, indicó que para agosto estará lista una metodología para abordar este tema y en septiembre iniciar un proceso de pilotaje en 12 instituciones.