Cuando Zoila se enteró de que tenía cáncer de mama creyó que el mundo se le terminaba. Vino a Cuenca, pero le dijeron que el tratamiento era muy costoso, sin embargo no se dio por vencida. Una amiga le recomendó que vaya al hospital Vicente Corral Moscoso y se inscriba en el programa de protección social, donde el Gobierno cubre el costo de los médicos, las medicinas y los exámenes, los cuales en una clínica particular le resultarían demasiado costosos.

Como el caso de Zoila, existen 400 personas que conviven en el hospital regional y que semanal o diariamente se encuentran para su tratamiento. “Yo vine a Cuenca porque me dijeron que acá puedo encontrar mejoría”, dijo Zoila, mientras realizaba la tarea de limpieza en una empresa privada. “Por las quimioterapias se me está cayendo el pelo, en algún momento me voy a quedar cocola (sin cabello)”, señaló con una sonrisa.

Entre esta desesperación que viven las personas afectadas por el cáncer, surgió hace casi un año el grupo Familias Unidas por el Cáncer (Fupec) que busca ayudar o, como ellos dicen, “dar un día más de felicidad” a las personas que padecen la enfermedad.

Es así entonces que realizaron la primera campaña para recolectar cabello el anterior 27 de mayo. En ese entonces el grupo de jóvenes, estudiantes universitarias y de colegios, recibieron a 417 personas en el parque El Paraíso que se acercaron a donar su pelo para que posteriormente se hagan pelucas.

Para Diego Jimbo, médico que está al frente de esta agrupación, es una tarea complicada, pero de por medio está la solidaridad. “Existen chicos que dan su tiempo de descanso o de sus estudios para estar cerca de las personas que sufren esta enfermedad”, manifestó.

Para el sábado está prevista la entrega de las primeras 12 pelucas que fueron confeccionadas con el cabello que se recolectó en mayo, aunque la meta de Fupec es entregar al menos 100 pelucas hasta el mes de diciembre.

“Hay cabello suficiente para apoyar, no solo a las personas del hospital regional, podemos ayudar a la gente de Solca, del Seguro o de cualquier casa asistencial, pero como personas, no como institución, ya que no tenemos ningún acuerdo”, indicó Jimbo.

Para la confección de las 100 pelucas necesitan un promedio de 6 mil dólares, dinero que es financiado por medio de rifas o apelando a la empresa pública y privada para la confección.  

Los primeros beneficiados son las personas que se han inscrito con anticipación y cuyo estado emocional es bueno, “las que necesitan la ayuda son ciudadanas de Azuay, Cañar, Morona Santiago, Santo Domingo, Esmeraldas, Loja”, expresó. Hasta el momento existen 20 personas que se han anotado.

Olga Maldonado es quien está confeccionando las pelucas. Pretende entregar las primeras 12 este jueves, a fin de que todo esté listo para el sábado. La mujer lleva 30 años haciendo este tipo de trabajos. Ella es estilista y aprendió a confeccionar los peluquines con un amigo peruano cuando ella apenas tenía 12 años. “Quiero también colaborar con estas personas”, dijo.