A dos meses de desarrollarse uno de los eventos católicos más importantes del país, la peregrinación de la Virgen del Cisne, quince entidades involucradas mantuvieron una primera reunión con la finalidad de elaborar el plan de contingencia que se aplicará durante esos días.

El objetivo es dar soluciones a los problemas que se presentaron el año anterior, sobre todo en lo que tiene que ver en el tema de riesgos.

El párroco Nilo Espinoza, en representación de la Diócesis de Loja, explicó que la intención es prevenir los accidentes o enfermedades que los fieles puedan tener en El Cisne, San Pedro o Catamayo, lugares de concentración masiva. “Estamos viendo la posibilidad de instalar unidades de servicio médico en todos estos sectores. Además, en otros sitios por donde la gente acostumbra a caminar varios días hasta llegar al Santuario”, acotó.

Son más de un millón de fieles, de varias provincias y hasta de otros países, que se unen al recorrido anual de aproximadamente 75 kilómetros.

En la reunión también se trataron otros aspectos como el control de tránsito, el tráfico vehicular, logística y las ventas ambulantes.

Rodny Chávez, jefe de operaciones de la Policía Nacional, sostuvo que tomarán las sugerencias que se han dado por parte de ciudadanos y autoridades del resto de entidades.

Alrededor de 400 agentes del orden participarán en el operativo, durante las festividades en El Cisne y en los días de la peregrinación.

Dijo que solicitarán la ayuda de algunos gendarmes  de Azuay y El Oro, ya que no se abastecerán con la cantidad  que hay en Loja.

La próxima cita de los actores será el viernes 28, en el Santuario de El Cisne. Allí tratarán otros temas y finiquitarán el plan de contingencia, que empezará a aplicarse desde el 15 de julio.

Las festividades en el Cisne empiezan desde el 10 agosto y el 17 ya inician la caminata con la imagen, que es llevada hasta la ciudad de Loja, donde arribará el 20 del mismo mes.