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El Telégrafo
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Se trataba de una mujer con grandes habilidades para confeccionar

El salón de sombreros: la moda elegante de la ‘gringa de la W.I.B.’

La moda incursionó también entre los cuencanos desde 1939. Muchos de los modelos exclusivos, en ese entonces, fueron traídos desde Francia. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
La moda incursionó también entre los cuencanos desde 1939. Muchos de los modelos exclusivos, en ese entonces, fueron traídos desde Francia. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
16 de noviembre de 2014 - 00:00 - Ágatha Rodríguez, Cátedra Abierta de Historia. Universidad de Cuenca

La década de 1930 fue sin duda una época difícil. Los conflictos mundiales y la crisis que enfrentaba el Ecuador internamente dan muestra de una realidad poco alentadora pero que no hizo a la población en general, y a las damas en especial, olvidar ciertos objetos mundanos que las hacían lucir siempre a la moda, aunque parezca increíble se vestían al estilo europeo que era el más refinado e influyente en esos años.

En 1939 a Cuenca no solamente llegaron emprendedores judíos para dedicarse a la exportación de sombreros de paja toquilla, a abrir refinados bares o a dedicarse al comercio sino que también estuvieron presentes damas que además de ser unas excelentes cocineras —especialmente preparaban postres y dulces cuyas recetas han sido conservados a través de los años por las familias a las que fueron allegadas—, comenzaron también sus propios negocios en los que tuvieron gran éxito.

El caso más representativo es el inicio de locales que ofrecían distintos objetos, especialmente vestimenta y productos de belleza. En enero de 1939 abrió sus puertas al público el “moderno salón de modas” B y B que se localizaba en la calle Gran Colombia, junto al Hotel Internacional. Fue llamado así en honor a los apellidos de sus propietarias: Berger y Bergmann.

Los modelos de París llegaron a Cuenca

Aquella tienda que ofrecía “sombreros y vestidos para mujeres y niñas en conformidad con los últimos modelos de París” le pertenecó a Gisela Bergmann y muy seguramente a Heddy Muscat como copropietaria.
Por razones que no conocemos, este negocio se disolvió a los 3 meses de su apertura dando paso a 2 tiendas que ofrecían artículos muy parecidos.

En marzo de 1939 se anunciaba la inauguración del Para ti, antes B y B, ubicado en la calle Benigno Malo, donde se confeccionaron abrigos y vestidos estilo sastre conforme con las últimas creaciones extranjeras. La señora Bergmann y su hija abandonaron la ciudad en 1946 —cuando falleció su esposo— para trasladarse a Estados Unidos, como hizo gran parte de los extranjeros que vivían en Cuenca, dejando sin continuidad su negocio.

Según relata María Rosa Crespo, el otro salón de modas que resultó de esta disolución fue W.I.B. de propiedad de Heddy Muscat, judía alemana, que permaneció en la calle Gran Colombia. A diferencia del Para ti, este salón sí dio lugar a una tendencia en la tranquila ciudad de Cuenca donde las señoras de clase acomodada aún se hacían traer objetos del extranjero que demoraban meses en llegar pero que con la apertura de la W.I.B tenían al alcance de sus manos en menor tiempo y con la misma calidad marcando una época.

Heddy Muscat Schreiber llegó al Ecuador entre 1938 y 1939 junto con su esposo Werner Juliusberger huyendo de la persecución en Europa por su origen judío, ambos intentaron traer a sus padres al Ecuador, tuvieron éxito en este afán y salvaron así sus vidas; lamentablemente, el señor Juliusberger no sobrevivió a una enfermedad y falleció en 1942.

La señora Muscat se casó nuevamente después de unos años con el señor Alberto Coronel quien era propietario de “un bazar en esta ciudad situado en el parque Calderón” y con quien se asoció. La W.I.B. cambió de dirección en 3 ocasiones estableciéndose definitivamente en el Portal Borja.

Los sombreros hechos por la señora Muscat   

Pronto este salón que ofrecía “sombreros y vestidos para señoras y niñas, ropa interior para señoras, caballeros y niños, telas de diversa calidad, medias y calcetines, botones, corbatas, etc., todo en la más alta calidad y según los últimos gritos de la moda europea” como se indica en uno de sus anuncios en la prensa, se convirtió en el referente para las damas cuencanas causando gran expectativa pero hubo un producto que le dio renombre: los sombreros confeccionados por la misma señora Muscat.

Como recuerdan algunas personas, en aquella época que las damas utilizasen sombrero en los distintos eventos sociales era una regla casi imposible de romper y la ‘gringa de la W.I.B.’, como se conocía a la dama judía, era capaz de confeccionar los más elegantes y bellos en su “salón de sombreros” para cualquier ocasión, al gusto de sus clientas y al estilo europeo que conocía muy bien. Esta habilidad de la señora Muscat, una mujer muy bella según cuentan, hizo que se convirtiera en una modista muy querida y la preferida en Cuenca.

Pronto el éxito alcanzado por el local hizo que los productos que se ofrecían se diversificaran y empezaron a llegar quizás por primera vez a la ciudad “guantes para señoras de seda (sic), adornos traídos de Francia, bisutería, cremas para el rostro Soir de París y Bárbara Gould, polvos para el tocador y baño, brillantinas para el cabello Rojo de Teatro, perfumes, lápiz de labios y esmalte para las uñas” y la lista podría seguir pero con esto basta para hacernos una idea de lo espectacular que fue la W.I.B.

Los últimos gritos de la moda también llegaron a Cuenca

El salón de sombrero de Heddy Muscat causó un gran impacto entre las mujeres de la sociedad cuencana ya que los productos que se ofrecían eran sumamente exclusivos y elegantes y, como se destaca en los distintos anuncios, eran el último grito de la moda europea. Heddy era una dama judía que, coinciden quienes tuvieron el gusto de conocerla, poseía una gran habilidad para confeccionar, decorar al gusto de las exigencias de las damas y reparar sombreros, todo esto en un tiempo menor al que representaba traerlos de Europa por lo que no es extraño el éxito que obtuvo este negocio.

Al transcurrir los años su local fue el mejor de Cuenca convirtiéndose quizá en la primera boutique moderna de esta ciudad.

HEDDY MUSCAT CAMBIO LA MODA EN CUENCA

La historia de las ciudades está conformada por mucho más que sus personajes ilustres y magníficos edificios, que siempre son lo primero que mostramos a la gente que nos visita. Ciudades como Cuenca están llenas de esas otras historias que quizá no parezcan ser lo suficientemente importantes para ser contadas.

Esto es un error porque al rescatar esas otras historias, que tienen igual importancia ya que nos muestran cómo vivía y se relacionaba una sociedad, estamos contando también parte de la historia de una ciudad o un país. En el caso de Heddy Muscat no solamente se trata de una dama judía que llegó al Ecuador para empezar una nueva vida, sino que nos relata lo que pasaron cientos de personas en muchos otros lugares del mundo y que respondía a una realidad global.

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