El cementerio de Biblián se encamina a un colapso
Las fallas geológicas y las fuertes lluvias de este año aceleraron el deterioro de la infraestructura del cementerio del cantón Biblián, en la provincia del Cañar.
El camposanto fue construido hace más de un siglo.
Está ubicado en la vía Panamericana en la entrada principal a la ciudad de Azogues.
Las tumbas más afectadas son las que están a nivel del suelo, pues se encuentran en mal estado y dan una apariencia deplorable.
En algunos casos, las lápidas están entreabiertas y eso ocasiona malestar a los visitantes.
“Desde hace unos 10 años, aproximadamente, las lluvias de la época invernal hicieron que las tumbas se sobresalgan dando un aspecto de abandono, olvido y hasta tenebroso al cementerio”, dijo Malvina Argudo, ciudadana.
Ante esta situación, el Municipio de Biblián en los últimos años se ha preocupado por mejorar el aspecto del panteón, realizando trabajos de adecentamiento bajo administración directa.
“Las tumbas que están en la tierra no podemos tocarlas porque tienen un dueño, lo que hemos hecho es notificar a los familiares para que arreglen los espacios de sus seres queridos y de esta manera se mejore el aspecto del cementerio, para que ya no dé una impresión de miedo, sino de paz”, indicó Bolívar Montero, alcalde del cantón.
Con una población de 22.800 (Biblián) habitantes, y pese a que existen varios cementerios en algunas comunidades campesinas, como San Pedro, Jerusalén, Mangan y Cochahuayco, anualmente 170 personas son enterradas en el cantón.
Ahora para 2012 se han edificado 240 bóvedas, cantidad que se espera sea suficiente para la demanda existente, explicó el burgomaestre.
En la actualidad también se realizan trabajos de embellecimiento del cementerio, con la siembra de plantas, gracias a un préstamo de $ 300 mil que fue otorgado por el Banco del Estado, con la finalidad también de que hasta 2017 quede resuelta la falta de espacio para los difuntos.
“Otro de los proyectos anteriormente era cambiar de lugar al cementerio, pero lamentablemente no tenemos a dónde, es por eso que hemos adquirido terrenos en el mismo lugar para ampliar el camposanto hacia la parte baja. Con esto también se amplía la vida útil del lugar para todo el siglo 21, que sería durante aproximadamente unos 90 años más. Ahora se ahorrará más espacio porque ya no se permite enterrar a los cuerpos en la tierra sino en bóvedas, lo que facilita nuestra labor y nos ayuda a ahorrar espacio”, manifestó Montero.
El costo de las bóvedas cubre los valores de construcción.
“No pretendemos ganar nada, solo garantizar el buen empleo del dinero que se invierte”, dijo Geovanny Novillo, director de Obras Públicas de la Municipalidad.
“Entre las plantas que se sembrarán están la ruda y el altamizo, hierbas usadas por los curanderos; además, evitan la llegada de moscos y la molestia que producen a quienes visitan el lugar”, dijo el Alcalde.
El cementerio tiene en la actualidad 38.000 metros cuadrados y es muy visitado todos los días, en especial los fines de semana.