En la atenas del ecuador empezó una cruzada para recuperar los objetos del otrora exrector de la universidad local
Cuencanos piden devolver piezas de Remigio Crespo
Los habitantes de la capital azuaya participan de una cruzada para recuperar una de las coronas y 11 piezas que pertenecieron a uno de sus hijos emblemáticos: Remigio Crespo Toral.
Desde el jueves, quienes asisten al museo que lleva el nombre del célebre poeta ubicado en la Calle Larga y Borrero, pueden firmar un manifiesto en el que hacen un llamado a quienes tengan los objetos, para que los devuelvan.
Al momento, 20 personas ya estamparon sus rúbricas, pero se prevé que la cifra aumente.
Esta iniciativa se da justo cuando las autoridades detectaron que el otrora diplomático y político azuayo era poseedor de dos coronas diferentes.
Por décadas se creyó que Crespo Toral solo tenía una, la que le fue entregada por los municipios, instituciones académicas, culturales y familias cuencanas el 4 de noviembre de 1917.
Los historiadores pensaban que la extraviada era una réplica de esta, pero realmente es otra que le proporcionaron las damas quiteñas.
Ambas son de oro puro. La primera está compuesta por 34 hojas de laurel (17 de cada lado). La otra, en cambio, tiene solo 27 hojas de laurel.
Desaparición y hallazgo
El 2 de julio de 2013 se abrió un viejo baúl en el que estaban objetos del literato cuencano. Ese día se detectó que 12 piezas, entre ellas una corona, placas, broches y plumas, no estaban.
En abril de 2014, las autoridades municipales presentaron una denuncia en la Fiscalía. El 14 de agosto de este año fue localizada la corona entregada por la ciudadanía azuaya en una bóveda bancaria registrada a nombre de la Comunidad Dominica.
Siete días después, el alcalde, Marcelo Cabrera, y el director del museo, René Cardoso, constataron su autenticidad. “Me di cuenta de que era la legítima porque tiene grabados los nombres de quienes obsequiaron cada hoja”, dijo Cardoso.
De acuerdo con el director, esta corona estaba bajo el poder de la comunidad religiosa desde 1933, cuando se hizo la coronación. “Pensamos que la familia de Remigio Crespo como un acto de fe la entregó para custodia a los Dominicos”, expresó.
Hallada esta pieza se consideró que la corona desaparecida del museo junto con los 11 objetos era una réplica, pero esta situación fue aclarada. Hace unas semanas en el museo se encontró el primer ‘Inventario de la Sala Crespo Toral’, en el que consta la existencia de otra corona integrada por 27 hojas de laurel grabada el mismo año de la coronación pública del poeta (1917).
Con esto, según Cardoso, queda determinado que Remigio Crespo Toral tuvo dos coronas originales. Esta última sigue extraviada. (I)