Luego de un intenso frío, el sol comenzó a pegar fuerte en Cuenca la mañana de este 9 de octubre. A pesar de la obstaculización de las vías, los azuayos caminan, van en moto o bicicleta a sus sitios de trabajo.

Carmen Cedillo salió a las 05:00 de su casa ubicada en la parroquia El Valle, al sur de la capital azuaya. Tres horas después, a las 08:00 estaba en el sector de Todos Santos y aún le quedaba una hora de caminata. Juan Wilches trataba de llegar con su bicicleta hasta el centro de la ciudad.

Así, los cuencanos intentaron sortear las interrupciones de las vías que desde temprano fueron tomadas por taxistas. Los conductores ocupan sectores estratégicos de Cuenca para impedir la movilización de vehículos particulares.

A eso de las 10:00, las calles de la urbe permanecían vacías. No había circulación vehicular, los mercados fueron cerrados por temor a los saqueos, mientras personas con comidas rápidas transitaban. "Vendo secos de pollo y sí me ha ido bien", dijo Marcelo, vendedor informal, que encontró entre los huelguistas a sus clientes.

El transporte urbano no sacó sus unidades por precaución, según sus dirigentes. De eso se aprovecharon algunos choferes particulares para trasladar a quienes necesitan movilizarse a cambio de dos y tres dólares, según la distancia.

En los alrededores de la Gobernación existe resguardo por parte de uniformados que no dejan pasar a los ciudadanos, salvo los que trabajan en la Municipalidad u oficinas públicas que están a su alrededor. (I)